(Frontiers Music)
Los trasalpinos Trick Or Treat llamaron
nuestra atención en 2006 con su primer trabajo "Evil Needs Candy
Too" en el que se mostraban como una más que competente formación
practicando un happy metal de buen nivel claramente influenciado por los
máximos exponentes del género. No en vano los comienzos de la banda fueron como
grupo tributo a Helloween y el propio Michael Kiske participó
como invitiado en su segundo álbum "Tin Soldiers".
En este periodo de tiempo con las habituales
idas y venidas en el seno del grupo compaginando su actividad con otros
proyectos les había perdido la pista, observando ahora como hace ya cuatro años
publicaron la primera parte de esta obra conceptual basada en la novela de Richard
Adams "Watership Down" y que bajo el título de "Rabbit's
Hill" ahora tiene continuación con esta segunda parte.
Sin haber escuchado la primera parte me da la
sensación de que, aun habiendo evolucionado y enriquecido sus composiciones, no
han querido meterse en demasiados jardines experimentales y que han seguido
haciendo lo que mejor saben hacer, heavy-power melódico con ese toque happy que
tanto agradecemos los que estamos saturados ya de tanta trascendencia y
gravedad, dando como resultado un muy buen trabajo de notable calidad
compositiva e interpretativa, con la figura del vocalista Alessandro Conti sobresaliendo
con ese timbre tan cercano al del mejor Kiske, y con el resto de la
banda ejecutando su labor con solvencia y calidad.
Así las guitarras aportan melodía y fuerza en
manos de Luca Venturelli y de Guido Benedetti, fundador de la
banda junto a Alessandro y a Leone Villani Conti que se encarga
del bajo formando una compacta y dinámica base rítmica con el batería Luca
Setti, dando como resultado un entretenido conjunto de cortes que comienzan
tras una mínima intro terrorífica rota rápidamente por el potente doble bombo
que marca el ritmo de "Inle' (The Black Rabbit Death)" cortándose con
buenos coros y aportes vocales algo teatrales desmbocando en un frenético solo
de guitarra.
Se calma notablemente el sonido con las
bucólicas notas de "Together Again" que en sus casi tres minutos de
duración embauca con una dulce melodía de base acústica, para volver a la
velocidad pero sin acelerar en exceso con la clara y efectiva
"Cloudrider" uno de los temas más destacados y pegadizos del disco
con sus melodías de voz y guitarra perfectamente trabajadas dejando cierto
toque ingenuo y festivo qeudándoles realamente bien. Reaparecen los sonidos
misteriosos y dramatizados con la más extensa "Efrafa" doblando
melodías vocales dentro de una cadencia más pesada y machacona rota por
incisivos punteos, regresando la calma si abandonar la intensidad en una
preciosa power ballad como "Never Say Goodbye" para la que cuentan
con la participación de la vocalista Sara Squadrani (Ancient Bards)
creando un apasionado dueto junto a Alessandro Conti.
Continua el desarrollo de la obra con
"The Great Escape" puro power de base machacona, coreos épicos idoneos
para el jarreo y melódicos ataques guitarreros, que se tornan más oscuros en la
misteriosa "They Must Die" implementando esta sensación con los
aportes desgarrados y angustiosos de Tim Owens (Beyond Fear, ex Judas
Priest) reiterando su estribillo creando una tenebrosa ambientación con ligeros
toques progresivos que también encotramos en la más breve instrumental
"Beware The Rain" en la que se deja notar Leone con su bajo,
antes de marcarse "United" otra buena pieza de power iniciada por
bucólicos toques de flauta pero tremendametne rotunda en su base con Luca
Setti luciendo pegada y con Tony Kakko (Sonata Arctica) acompañando
a Alessando en las voces creando buenas armonías y melodías.
Llegamos casi al final con el corte más
extenso del CD, "The Showdown", casi once minutos de elaborado
prog-power cañero y melódico con unos buenos arreglos a contratiempo en su base
rítmica sobre los que lucen las guitaras de Benedetti y Venturelli dejando
cierto aroma Angra llegando a un grandilocuente final que en sus dos
minitos finales queda casi a modo de narración para enlazar con la balada
"Last Breath" que cierra definitivamente de forma relajada y
envolvente con destacados aportes acústicos sin olvidar los eléctricos y con
una magnífica interpretación vocal de nuevo con un Alessandro Conti sobresaliente
recordando al maestro Kiske.
Gran final para un muy buen trabajo a través
del cual algunos volvemos a recuperar el contacto con esta banda que para mi
pasa por ser de lo más interesante del género actualmente.
Mariano
Palomo
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