(Frontiers Music)
Cuando hace un par de años tenía la ocasión
de ver la actuación de Q5 en el
Sweden Rock Festival no tenía demasiado claro que aquello fuera a tener continuidad y que se
quedaría en una mera reunión para nostálgicos. Pero mira por donde parece que
el gusanillo les picó lo suficiente como para seguir dando conciertos y
apareciendo en festivales, amén de publicar un nuevo trabajo en estudio treinta
años después de la aparición de su segunda y última entrega hasta entonces “When The Mirror Cracks”.
Pero si Q5
se hicieron un nombre de culto entre los seguidores del heavy rock ochentero
fue por su primer álbum, “Steel The Light”
un disco tremendo que en su momento tuvo un amplio reconocimiento y cuyo
original sonido conquisto a un buen número de fieles. Ahora parece que quieren
reverdecer laureles con esta nueva obra y, aunque lejos de conseguir el nivel
de antaño, creo este regreso puede considerarse bastante digno, con algunos temas
perfectamente recordables e idóneos para el directo compartiendo espacio con
otros más pesados y obviables.
En cuanto a la formación se mantienen el 60%
de sus músicos fundadores, el original vocalista Johathan Scott K, el competente guitarrista Rick Pierce y el excéntrico bajista Evan Sheeley, a los que acompañan actualmente el batería Jeffrrey Mccormack (ex Fifth Angel, ex
Nightshade) y el guitarrista Dennis
Turner.
En este nuevo disco el quinteto recupera
buena parte de la esencia primigenia de Q5,
pero aportando toques más puramente hard rockeros, sobre todo en la primera
parte del track list donde se alternan temas guitarreros y crudos con la voz de
Scott K forzada y áspera, con otros
mucho más épicos en unos tonos más graves y melódicos. Entre los primeros nos
encontramos con la inicial “We Came Here To Rock” todo motivación en clave hard
rockera clásica de guitarras sencillas y eficaces junto a unos coros que
golpean con fuerza en su estribillo recordando a los canadienses Helix quedando bastante resultona y
apropiada para abrir fuego.
Más o menos en esa misma línea de voz
cazallera, guitarras sucias y ritmos adictivos se mueve “The Right Way”
sobrevolada por la sombra de AC/DC,
al igual que la frenética y festiva “Tear Up The Night” que nos hacer mover el
pie compulsivamente reiterando su contagioso estribillo y su incisivo riff.
Entre medias de los cortes citados otros más “serios”
como “One Night In Hellas” de rollo hímnico guerrero con la voz de Scott K mucho más engolada y moderada subiendo
un poco en el estribillo bien acompañada por una rítmica marcadísima de Turner, al igual que en el tema que da
título al disco “New World Order” heavy rock ochentero épico de manual con un
muy buen solo de guitarra doblándose sobre una base de bajo muy presente y de
nuevo con otro estribillo coreable e ideal para el directo. Se cierra esta
primera parte con “Halfway to Hell” de nuevo con ese toque guerrero e hímnico
desarrollándose dentro de una sencilla cadencia que invita al coreo puño en
alto.
En este punto llegamos a la mitad del CD con “A
Prisoner of Mind” un corte largo que corta un poco el rollo por su excesiva monotonía
siendo de lo más denso del trabajo junto a “Land Of The Setting Sun” que
resulta algo más intensa pero igual de pesada.
Los ritmos cabalgantes y las referencias
épicas siguen presentes en piezas como “Unrequieted (A Woman of Darkness and
Steel)” de cuidada melodía vocal en tonos medios pero penetrantes, “Fear Is The
Killer” más cañera y acelerada con la voz más nasal a lo Byfford como en la final “Get Next To You” que aparece a modo de
bonus track sencillo con mucho ritmo y rollete, eficaz sin complicarse.
El tema que más me recuerda a los primeros
tiempos de Q5 es “Just One Kiss” por
su preciosa melodía de guitarra que me trae recuerdos de su maravillosa “Lonely
Lady” dentro de su sugerente ritmo atemperado, que se tranquiliza más aun en el
inicio acústico del medio tiempo “A Warrior’s Song” que va cogiendo fuerza y
altura sin perder nada de melodía con la rotunda entrada de la eléctrica y la
percusión en onda Fifth Angel total.
Se completa el disco con la instrumental “Mach
Opus 206” muy heavy de ambientación algo tenebrosa con riffs pesados mezclados
con muestras de virtuosismo guitarrero evocando a los sherders de los 80’s
como, en general en casi todo el trabajo que, como decía, sin llegar mucho menos
al nivel de “Steel The Light” está bastante bien aunque hay que darle unas
cuantas vueltas para exprimirlo completamente.
Mariano
Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario