miércoles, 19 de diciembre de 2012

T&N “Slave to the Empire”

(Ear Music / Edel Music)

Llevaba un tiempo ya hablándose de un proyecto formado por miembros de la época gloriosa de Dokken, pero sin el propio Don Dokken, y ahora podemos llevarnoslo al oído bajo el nombre de T&N, que no es otra cosa que el acrónimo de “Tooth & Nail”. Y es que por mucho que quieran George Lynch, Jeff Pilson y Mick Brown el grupo en el que se dieron a conocer y donde disfrutaron de mayor éxito siempre ha llevado el apellido de su cantante y ex compañero, y éste no parece muy dispuesto a dar facilidades en lo que se refiere al uso de derechos a cerca de todo lo que tenga que ver con su banda. Recordemos por si hay por ahí algún despistado que “Tooth And Nail” es el título de uno de los mejores discos, para mí el mejor, de Dokken.
Lynch (guitarra), Pilson (bajo y voz) y Brown (batería), han vuelto a reunirse para dar forma a este disco en el que, además del trío titular, participa como cuarto miembro el batería Brian Tichy (Foreigner, Ozzy, Billy Idol) repartiéndose casi a partes iguales las labores de percusionista con Brown, y como invitados unos cuantos vocalistas que aportan su toque personal a algunos clásicos de Dokken en los que intervienen.
El track list está compuesto por las citadas versiones de cinco temas de Dokken, y por siete temas nuevos. En estos últimos la voz la pone con bastante clase y acierto Jeff Pilson, algo que no sorprende mucho si uno le ha visto como mete coros en directo junto a Foreigner, y la batería es aporreada por Tichy, mientras que en las revisiones de los clásicos es Brown el encargado de los tambores.
De los temas nuevos me quedo sobre todo con el que da título al disco “Slave to the Empire”, un tema rotundo y melódico, con una tremenda base rítmica pero también con gran capacidad de enganche a través de su estribillo, recordando un poco a la época intermedia de Dokken (“Disfuntional”, “Erase the Slate”). No quedan mal tampoco, de más a menos, la más oscura “Sweet Unknown” algo atormentada y desganada, la más áspera “Rythm of the Soul” con unas guitarras afiladas y profundas, o la sencilla y algo embarullada “Access Denied”.
Se completan las novedades con el denso medio tiempo “Mind Control”, con la contundente de ritmo irregular “When Eagles Die”, y sorprendiendo con “Jesus Train”, tema cercano al hard rock sureño-redneck de ritmo clásicamente rockanrolero con la voz de Pilson alternando registros limpios y aguardentosos con un rollo blues y divertido que en un principio me chocó bastante pero que ha terminado por ser de las que más me ha gustado.
En cuanto a las versiones de los temas de Dokken pues hay un poco de todo, destacando alguna bastante fiel y brillante como la balada “Alone Again” con la voz de Sebastian Bach encajando bien desgarrándose en algún momento. Ensucian un poco la cañera “Kiss of Death” a la que Tim “Ripper” Owens aporta mayor potencia pero menos melodía quedando más ruda que la original, manteniendo el nivel la más melódica “It’s No Love” a pesar de que la voz de Robert Mason (Warrant) me parece algo desgarbada y de que cambia un poco el solo de guitarra dejando más espacio al bajo.
Hacen un pequeño destrozo con la propia “Tooth and Nail” tanto por la voz de Doug Pinnick (Kings X) que aporta su original personalidad pero que no le coge el punto en ningún momento a la melodía, como por un absurdo y desacompasado cambio de ritmo con un solo experimental de Lynch después de haber clavado el original.
El caso de la inconmensurable “Into The Fire” es algo curioso, ya que al no tener prácticamente margen de mejora respecto a la original, todo lo que se le haga es para empeorarla, y algo así es lo que sucede aquí. Comienza respetando su melodía de voz con Pilson haciéndolo muy bien casi sin retoques, pero luego hace una cosa extrañísima metiendo una parte completamente nueva que la ralentiza y oscurece sin sentido con partes acústicas que nada tienen que ver con el tema, haciendo que baje notablemente de nivel.
Parece que este proyecto tendrá continuidad con una segunda parte que ya está prácticamente a punto con la misma estructura (versiones y nuevos temas), que como entretenimiento y tocada de pelotas a Mr. Don no está mal, algo mejor lo que ha venido ofreciendo últimamente Dokken, pero me resulta un poco irregular y artificial.
Mariano Palomo

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