jueves, 7 de agosto de 2008

MOTORHEAD “Motorizer”

(SPV / Mastertrax)

Lo de Motorhead es como una especie de guerrilla del rock, atacan cuando menos te lo esperas, sin que apenas nadie se lo espere de repente te encuentras con un nuevo trabajo suyo en la calle, que una vez más acaba arrasando sin hacer prisioneros. Eso es exactamente lo que sucederá el próximo 1 de septiembre cuando se ponga en circulación este “Motorizer” en el que volvemos a encontrar todos y cada uno de los elementos que cualquier seguidor del trío puede y quiere esperar: garra, arrogancia, mala leche, rock & roll, ritmo, contundencia,... en fin Motorhead. Además en esta ocasión han vuelto a sacarle un fantástico y limpísimo sonido a los once variados temas que componen el trabajo y en el que distinguimos perfectamente la labor de cada uno de los protagonistas de los mismos. Evidentemente y como no podía ser de otra manera, Lemmy sigue siendo el jefe, con su inconfundible voz y con una labor con su bajo más que notable y mucho más trabajada de lo que pudiera parecer en primera instancia, pero perfectamente secundado por un Phil Campbell que cada vez me convence más con su guitarra, y con el loco Mikkey Dee que sigue reafirmándose como uno de los mejores baterías del mundo. Se abren los cuarenta minutos de descarga del trabajo con la áspera y rotunda “Roundaround Man” en la que saturan un poco con sonidos algo más actuales, con buena presencia compartida de bajo y guitarra y con la voz de Lemmy en su versión más cabreada. Se le pasa un poco el cabreo en “Teach You How To Sign The Blues”, que aunque no tiene nada de blues, sí es más rockera y vacilona, con guitarras más limpias con el bajo ejerciendo prácticamente de rítmica y rematada por un buen solo de Campbell. Aunque para rockera y clara “English Rose” con su ritmo dinámico y pegadizo, con una guitarra muy Young y con un estribillo claro y enganchante que me hace moverme sin remedio y que, a la postre, es mi favorita del disco junto a la más clásica con remisniscencias Thin Lizzy en sus guitarras “Back On The Chain” en la que la voz de Lemmy se rompe menos para hacerse más profunda. En onda algo más cercana al R&B o al rock sureño, nos encontramos con “One Short Life”, que se me hace más pesada y monótona, aunque se arregla un poco con otro afilado solo de Campbell. Hay otros temas más pesados marca de la casa: la bélica “When The Eagle Screrams” con mínimo discurso inicial en castellano que habla de conflictos religiosos y que nos lleva a un tema rotundo que habla de campos de batalla, dentro de un ritmo más pesado y machacón; “Heroes” con una estructura más heavy cercana a sus colegas Saxon y donde aparece menos forzada y apoyada por ecos que le dan un aire épico, de nuevo sobre las buenas guitarras de Phil Campbell; y la final “The Thousand Names Of God” con su coros directos en la estrofa sobre una rotunda base en la que sobresale la pegada del gran Mikkey Dee y el ritmo marca de la casa a lo “Orgasmatron”. La vena más macarra y acelerada sale a relucir en “Time Is Right” con sus marcados ritmos y la voz aguardentosa de Lemmy acompañando su buen y directo estribillo, al igual que en la más agresiva “Buried Alive” tan sencilla como efectiva. Probablemente muchos pensaréis que no aportan nada nuevo, que son siempre lo mismo, que otro disco más de los más de veinte que tiene la banda, pero nunca está de mal echárselos al oído, y os aseguro, sin ser un fan acérrimo del grupo, que el día que dejen de sacar discos y sobre todo de tocar en directo les vamos a echar de menos.
Mariano Palomo

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