(SPV)
Después de los
extraordinarios últimos discos con los que nos ha deleitado el combo teutón,
cada vez les era más difícil estar a su propio nivel. Por desgracia se pusieron
a sí mismos el listón tan alto que no han podido alcanzarlo. No significa que “Master Of Light” sea un mal trabajo, ni
mucho menos, pero si lo comparamos con “Beyond”
o “Land Of The Crimson Idol”,
puede decepcionar a algunos fans.
El comienzo con los
épicos himnos de puro power “Metal Is for Everyone” y “Hammer Of The Gods” es
realmente prometedor. No entra tan fácilmente “A World Beyond”. Aunque empieza
muy bien con los coros marca de la casa, se termina haciendo un poco repetitiva.
Es el corte que más dura de todo el CD, con casi seis minutos. Una excepción,
porque sólo dos pasan de los cinco minutos y la mitad no llega ni a los cuatro.
“Masters Of Light” se hace todavía más larga, con unos cambios de ritmo en los
que parece que no va arrancar nunca. Más directa y cañera es “Kings Rise And
Fall”, pero tampoco es ninguna obra maestra.
A estas alturas ya
empiezas a preguntarte dónde están las canciones simpáticas y fiesteras que son
el mayor aliciente de Freedom Call. Y
según van avanzando los temas te das cuenta de que siguen sin aparecer. De momento llevamos escuchado un buen disco
de power metal, pero no de happy metal. Los seguidores habituales conocemos la
diferencia mejor que nadie. El majestuoso medio tiempo “Cradle Of Angels”, por
ejemplo, está muy bien. Pero, simplemente, no es lo que esperamos. La sensación
sigue con “Emerald Skies”. Buena, pero no acaba de ser a lo que estamos
acostumbrados. “Hail the Legend” es
realmente una canción preciosa. Por un rato nos olvidamos de que nos falta
algo. “Ghost Ballet” arranca muy bien. Parece que nos reencontramos con los Freedom Call que queremos escuchar. Pero
de nuevo se queda a medio camino. Con el alegre canto a la esperanza “Rock The
Nation” ¡por fin! reconocemos alborozados una de las composiciones habituales.
Pero ya es tarde. Sólo quedan dos cortes. “Riders In The Sky”, en la tónica
general del resto del disco, nos devuelve a la realidad. Nos queda el consuelo
de “High Up”. Como siempre, han dejado para el final el tema más festivo. Pero
tras la alegría inicial te preguntas por qué no han venido más canciones así en
este trabajo.
En una carrera que ya
se aproxima a los 20 años, es normal que alguna vez nos encontremos con algún
altibajo. Como ya hemos dicho unas cuantas veces, lo desesperante de la
cuestión es que en realidad Chris Bay y sus chicos nos están ofreciendo un buen disco. Pero nos esperábamos otra
cosa. Confiemos en que vuelvan a ser los de siempre en futuras entregas.
Nacho
Jordán
No hay comentarios:
Publicar un comentario