sábado, 22 de enero de 2011

PUSHKING “The World As We Love It"

(Ear Music)

Sorpresivamente llega a nuestras este disco de la que es actualmente, según su nota promocional, la banda más famosa de Rusia. Y la verdad es que no se si será la más famosa, pero viendo la cantidad y calidad de las colaboraciones con las que cuenta para este trabajo, tiene que ser la que tiene más amigos, más dinero, o ambas cosas. Desde Billy Gibbons hasta Jorn Lande, pasando por Paul Stanley, Glenn Hughes o Steve Lukather entre otros muchos aperecen en aportando su buen hacer a las hard rockeras y variadas composiciones que nos ofrece el sexteto ruso en esta aventura. Los dieciocho cortes, más una brevísima intro que componen el disco, pertenecen a la discografía la banda y han sido regrabados para la ocasión con este impresionante elenco de invitados que dan su toque personal y distintivo. Así en el inicio nos encontramos con dos cortes en los que aparece el guitarrista y cantante de ZZ Top Billy Gibbons, el primero de ellos “Nightrider” es un hard rock & roll acelerado y polvoriento de ritmo alegre, voz aguardentosa y sonidos de pianola, y el segundo “I’ll Be OK” es un medio tiempo con aires sureños melódicos en el que Nunno Bettencourt deja su sello a base de virgueros momentos de guitarra llenos de feeling. Se anima la fiesta con “Troubled Love” en la que el hard rock vacilón con Alice Cooper a la voz junto a su guitarrista Keri Kelli acaba recordándonos a su época más comercial de mediados de los ochenta, bajándose de nuevo el ritmo en el medio tiempo de sonidos orquestados en el que la voz de John Lawton recuerda a sus Uriah Heep junto a las curradas guitarras de Steve Stevens, curiosa mezcla que resulta bastante interesante y agradable. Más facilona y festiva es “Cut The Wire” con Paul Stanley a la voz y Steve Salas a la guitarra dándole ligeros toques funkies, volviendo a bajar el tono para la introspectiva y oscura “My Reflections After Seeing The Schlinder’s List Movie” única en la que pone su voz el titular del grupo Konstantin “Koha” Shustarev incluyendo algún retazo en su ruso natal que no desentona con la sentida guitarra de Steve Vai de fondo. El inconfundible Graham Bonnet pone su rasgada voz a “God Made Us Free” un curioso medio tiempo con coros de reminiscncias gospel, relajándose aun más a continuación para dar paso a la voz del rock, Mr. Glenn Hughes, que se exhibe llenando de sentimiento la suave y acústica “Why Don’t You”, en la más blues “Tonight” compartiendo con su compañero en Black Country Comunion Joe Bonamassa que se sale con su guitarra dejándonos uno de los cortes más destacados del disco, y en la más cañera, setentera y lisérgica “Private Own” algo más sosa. Entre medias el hard melódico más estándar de “I Believe” nos deja a un Jeff Scott Soto bastante discreto y algo hueco, tomando más cuerpo tras el triplete de Hughes con la suave “Open Letter To God” en la que la susurrante voz de Eric Martin destila desesperación por momentos. Acelerón notable con el heavy rock festivo de “Nature’s Child” con Udo Dirschneider a la voz recordando sus primeros tiempos con Accept llena de ritmo contagioso y buenas guitarras de la pareja Nikolai Yegerev y Dimitry Losev. Otro clásico como el cantante de Nazarteh Dan McCafferty hace doblete, con las lentas y descarnadas “I Love You” y “My Simple Song” en las que su voz se muestra excesivamente nasal y aguda, pero llena de sentimiento junto a unos suaves arreglos orquestales y corales. Por el camino aparecen también la voz rasgada de Joe Lynn Turner en la setentera y algo sureña “Head Shooter” bien apoyado por en coros y estribillo, y la atormentada y angustiosa de Jorn Lande en la purpeliana “Heroin” suavizada por unos acertados coros que la hacen asequible a pesar de su intensa densidad. El final lo pone la coral y divertida “Kukarracha” un vailón rock & roll en el que van poniendo voz a sus estrofas Joe Lynn Turner, Eric Martin, Glenn Hughes, Paul Stanley y Graham Bonnet complementados por los rasgueos de guitarra de Steve Lukather. Resumen final animado para un disco con altibajos de ritmo e intensidad, pero con momentos brillantes y únicos que nos sirven para ponernos tras la pista de esta interesante formación rusa a la que desde luego amigos no le faltan.
Mariano Palomo

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