(Frontiers / Mastertrax)
Siempre es un placer poder
comentar nuevo material de una banda como Night
Ranger, en mi opinión de las más grandes y especiales de la historia del
hard rock melódico. Seguramente en Europa no tengan el nombre, ni el prestigio,
ni el arraigo del que gozan en su América natal y en Japón donde son auténticos
ídolos de masas, pero lo que sí que tengo claro es que de todas las bandas
surgidas en aluvión que poblaron las FM yankess en los ochenta son, junto a Foreigner, los que mejor han sabido
evolucionar y conservarse. Otra buena prueba de ello es este nuevo disco que en
apenas unos días estará disponible en las tiendas de todo el mundo.
Ya su anterior trabajo en estudio
“Growing Up In California”, amén del
espectacular acústico posterior “24
Strings & a Drummer”, supusieron una soberbia vuelta a los orígenes del
grupo recuperando ese sonido fresco, melódico y pegadizo que les hizo grandes,
mejorando notablemente respecto al opaco “Hole
In The Sun” con el que volvían a la actividad creativa tras casi una década
de parón productivo. Ahora con este nuevo CD siguen confirmando esa buena línea
con otro puñado de buenísimos temas interpretados con el gusto, garra y
sentimiento habituales.
La formación se mantiene
alrededor de sus tres líderes fundadores, Jack
Baldes (voz y bajo), Kelly Keagy
(voz y batería) y Brad Gillis
(guitarra), a los que acompañan ya totalmente asentados y como pilares del
grupo el teclista Eric Levy y sobre
todo el excelente guitarrista Joel
Hoekstra. Todos ellos han sido responsables de parir los once cortes que
componen este “High Road” que desde el propio tema título ya empieza a
atraparnos con un ritmo alegre y rockero tremendamente contagioso y melódico,
con sencillez pero a la vez con un gran trabajo de guitarras que entra a la
primera, siendo perfectamente coreable como ya hemos tenido la suerte de
comprobar en vivo.
No bajan el pistón con otro
pelotazo guitarrero y directo como “Knock Knock Never Stop” lleno de luminosa
intensidad reiterando su coreado estribillo con la voz de Keagy más áspera y arrogante, como sucede en la hímnica “Rollin’ On”
con unas grandes melodías corales llenándola dentro de una estructura menos
inmediata y más elaborada con un logrado duelo de guitarras y teclas que le dan
un tremendo empaque.
Después de tanto ritmo, toca
relajarse con la apasionada balada “Don’t Live Here Anymore” que crece sobre una
suave melodía de piano, con la voz de Keagy
de nuevo creando una ambientación impresionante que se rasga con los acordes de
guitarra, siguiendo estas mismas directrices pero con mucho más ritmo en la
potente “I’m Coming Home”, cambiando de voz principal para la más cruda “X
Generation” con un Blades desatado
dejando detalles y giros más desgarrados y actuales, pero sin perder nada de
calidad ni melodía, y con las guitarras otra vez arrasando.
Vuelta a la tranquilidad con la
embaucadora balada “Only For Yoy Only” con el piano de Levy y la voz de Blades
como principales protagonistas, subiendo el ritmo en el armónico medio tiempo “Hang
On” con Keagy cantando poderoso pero
sin rasgar dentro de una sólida cadencia que no acaba de romper, acelerándose
notablemente en la divertida “St. Bartolomews” con las guitarras de Hoekstra y Gillis doblándose afiladas y melódicas sujetando junto a una
marcada línea de bajo su fresco y ochentero estribillo, recordándome mucho a
los primeros discos del grupo, como en general casi todo este nuevo trabajo.
Para el final nos dejan otra de
las especialidades de la casa, un medio tiempo electro-acústico de inspiración
beatleliana que suple su escasez de ritmo con un encanto tremendo en su tratamiento
vocal que rematan con un festivo final coral, que precede al cierre que propone
la instrumental “LA No Name” que más que nada me parece un ejercicio técnico de
destreza acústica con guitarras españolas y de doce cuerdas a cargo de Gillis y Hoekstra y que como curiosidad para rematar la faena no está mal.
Nada más que decir, sólo
recomendar una vez más este buenísimo disco que pone continuidad a la
brillantísima trayectoria de unos grandes, Forever Night Ranger.
Mariano Palomo
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