La saga Hansen lleva protagonizando unas cuantas entregas en lo que
llevamos de año. Primal Fear, Iron Savir, Gamma Ray, Freedom Call…
y ahora le toca el turno a Stormwarrior.
Quedó atrás el tiempo en que se conformaban con ser una buena copia de la
primera época de Helloween. Sin
ninguna prisa, con el paso de los años han ido consiguiendo adquirir una
personalidad propia. Tampoco es que inventen nada, en general siguen igual que
siempre, con su metal ultra-acelerado con unos excelentes estribillos. Y poco
más.
El disco arranca muy bien con la
cañera y pegadiza “Thunder & Steele”. Pero a medida que van avanzando los
cortes, te vas dando cuenta de que la falta de variedad cansa un poco. Y no es
que las canciones sean malas, es que son muy parecidas. Una a una están muy
bien, pero en conjunto acaban resultando repetitivas Si tuviera que elegir
entre ”Sacred Blade”, “Ironbond” y “Steelcrusader”, por decir varios ejemplos,
no sabría decir cuál me gusta más ni cuál me gusta menos, cuál es mejor ni cuál
es peor.
Esta especie de monotonía se
rompe a la altura del octavo tema, “Child Of Fyre”. Nada más comenzar ves que
tiene un ritmo algo más pausado que el resto de lo que llevas escuchado, cosa
que no pasa desapercibida. A medida que va avanzando te encuentras con un
majestuoso himno que es la gran sorpresa del disco y sin duda una de las
mejores composiciones. Te deja tan satisfecho que escuchas con oídos más
predispuestos las dos últimas canciones, “One Will Survive” y “Servants Of
Metal”. Vuelven a la onda del resto del trabajo, pero entran mucho mejor cuando
se ha visto que no todo el redondo es igual.
Stormwarrior también presentan cierta evolución en lo concerniente
a sus letras. La cultura vikinga sigue muy presente, pero ahora a las canciones
se las puede sacar un doble significado. Pueden ser interpretadas también como
declaraciones de fidelidad al heavy metal, además de como cantos de guerra
normandos. En cierta forma han dejado de ser monotemáticos.
Nacho Jordán
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