(Frontiers / Mastertrax)
Unas de las sorpresas más
agradables que me he llevado últimamente dentro del hard melódico británico,
tanto en estudio como en directo, ha sido la de este proyecto que bajo el
nombre de Three Lions acoge dos ex Ten y Dare como Vinny Burns
(guitarra y teclados) y Greg Morgan
(batería) junto al hasta ahora desconocido cantante y bajista Nigel Bailey. Entre los tres y con la
siempre inestimable colaboración de Alessandro
Del Vecchio a la producción, han dado a luz a trece cortes llenos de
melodía y elegancia que inevitablemente me recuerdan a las bandas matrices de Burns y Morgan, es decir, a Dare
y a los primeros Ten, pero con
aportes y detalles propios que enriquecen el resultado final.
Este sonido de las islas tan
reconocible y nítido empezamos a encontrarlo en la animada “Trouble In A Red
Dress” con una melodía vocal que es muy Gary Hughes pero con un punto más de
profundidad y potencia dejando claro que estamos ante un señor vocalista como
es Nigel Bailey, encajando a la
perfección dentro de una estructura instrumental de guitarras y teclados que
también me recuerda mucho a la míticos Praying
Mantis. Esta mismas características las encontramos en otra gran canción
como “Just A Man” igualmente pegadiza y llena de melodía seduciendo con su
luminoso encanto, o en la no menos brillante “Magdalene” que transmite directa
con su estribillo ganador pleno de fuerza y melodía.
El equilibrio de teclados y
guitarras es una constante a lo largo del disco, creando en ocasiones ambientes
envolventes como en las épicas “Twisted Soul” que recuerda mucho a los Ten más
guerreros, y “Kathmandu” adornada de unos arreglos orientales que nos
transportan al Tibet. O también en la más relajadas “Don’t Let Me Fall” que va
creciendo en emotividad y ritmo para atraparnos dentro de sus enormes melodías
en una onda algo más sinfónica, y “Two Hearts Beats As One” más suave e
intimista muy sentida pero algo plana, al igual que “Winter Sun” que es puro Dare en su faceta más bucólica. Aumenta
la intensidad, sin salirse mucho de esta línea, en la magnífica balada “Made
For One Another” sencilla pero con unos preciosos detalles de guitarra y piano
acompañando la apasionada interpretación vocal de Nigel.
En algunas fases Vinny rasga más su guitarra y sube la
distorsión para mostrar una vena más hard rockera, caso de la dinámica “Hellfire
Highway” que cabalga con fuerza sobre un potente riff y un contagioso
estribillo, o de “Holy Water” que si me dicen que pertenece a los primeros
discos en solitario de Gary Hughes o
los más melódicos de Fastway me lo
creo. Por el contrario son los teclados los que toman mayor protagonismo en
cortes como la más A.O.R. “Hold Me Down” que suena entrañable con ese punto de
ingenuidad ochentera que la hace tan fácil de escuchar convirtiéndola en una de
mis favoritas.
El postre es de lo más sentido
con la brillante instrumental “Sicilian Kiss” en la que se luce Vinny con su guitarra sobre un delicado
colchón de teclas al más puro estilo K2
(Gary Moore-Don Airey), dejándonos
con un excelente sabor de boca después de haber degustado un sabroso menú lleno
de esencia y calidad, como para repetir sin dudar.
Mariano Palomo
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