(Frontiers Music)
Además de los del citado “Paradox”, aparecen en el set otros
cuatro temas, abriendo con la inquietante y sinuosa “The Mision” que da título
al disco que el grupo publicó en 2001, y la enorme “Half Past Loneliness” de “Show Me How To Live” de 2011, que
vuelve a resultar toda una gozada con su enorme melodía de guitarra, aunque
como ya nos sucedió en directo, con los coros femeninos disparados haciendo que
baje un poco el nivel. Los otros dos temas ajenos a “Paradox” son los que cierran el segundo disco de este doble CD, se
trata de rotunda y desafiante “May You Never Walk Alone” de su último trabajo
en estudio hasta la fecha “Devil’s Dozen”
(2015) y que funciona muy bien, al igual que la apasionada “A Life To Die For”
que se ha convertido ya en uno de las fijas en los conciertos de la banda desde
que empezaron a interpretarla tras su publicación en 2013 dentro el disco del
mismo nombre.
Y entre medias, pues lo dicho,
todo el “Paradox” de arriba abajo,
rodeándolo de una lograda e inquietante ambientación tormentosa desde la breve
instrumental “The Awakenig” que enlaza sin pausa con la evocadora “River Of
Pain” rompiendo poderosa con un fantástico trabajo vocal de D.C. Cooper subiendo tonos y
dramatizando su interpretación junto a los trabajados arreglos de guitarra de Jonas Larsen y a los omnipresentes
teclados de André Andersen. Por su
parte los Andreas, Passmark al bajo y Johansson a la batería, son el perfecto soporte rítmico para el
desarrollo de los temas.
Siguiendo la secuencia continúan con
la más barroca “Tearing Down The Wall” resuelta con clase y nivel subiendo con fuerza
en su estribillo coreado, pasando luego al suave sonido de piano que inicia la
poderosa y desafiante “Message to God” que suena tan intensa como es habitual
con la línea de bajo de Passmark muy
marcada y de nuevo con otro estribillo ganador pero resultando algo menor por
la citada ausencia de las voces femeninas que tanto se dejan notar en la
versión original en estudio.
Con “Long Way Home” se relaja
notablemente el ambiente de nuevo con los sonidos de lluvia suave presentes
acompañados por una deliciosa melodía de flauta antes de ir subiendo
ligeramente con la entrada del resto de instrumentos incidiendo con una
guitarra más punzante rodeada de coros y teclados mientras Cooper sigue exhibiendo su enorme capacidad interpretativa, que comparte
protagonismo con Anderssen y Larsen en la extensa y teatral “Time
Will Tell” donde el teclista de origen ruso y el guitarrista danés dejan unos
momentos de neoclásico virtuosismo, siguiendo la misma línea al enlazar con las
teclas de “Silent Scream” para romper luego con poderío a golpes de voz en su
ritmo entrecortado de base power, cerrando la revisión de “Paradox” con el sinuoso sinfonismo de “It’s Over” en un tono más
moderado y grave, con las teclas sobrevolando su expresiva melodía de voz y unos
preciosistas arreglos instrumentales de nuevo con la flauta presente junto a
unos ligeros toques de guitarra española complementando un bonito solo de eléctrica.
En resumen un disco bien
producido, seguramente más de la cuenta en algunas cosas, pero siempre
agradable e interesante de escuchar, y que, como decía antes, tiene el hecho
diferencial de escuchar íntegramente en directo un disco de estudio.
Mariano Palomo
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