(Ear Music)
Con el sugerente título de “All You Can Eat” nos invitan a un
banquete que se abre a modo de entrante con una deliciosa selección con la
mayoría de los temas que componen “Wonder
Days” acompañados por una jugosa guarnición de versiones de clásicos
setenteros, registrados todos ellos durante dos días en los RAK Studio 1 de Londres totalmente en
directo sin cortes, ni sobreproducción con un excelente resultado final. Así
podemos degustar exquisitos bocados como “Wonder Days” que destila nostálgica
esencia blues rock con la melodía vocal de Daniel
Bowes acariciando y creciendo sobre las guitarras, más distorsionadas que
en la versión original, de Luke Morley
y Peter Schoulder que sustituyó temporalmente
a Ben Matthews convaleciente tras
haberle sido extraído un tumor que felizmente ya es historia.
El hard rock dinámico de “The
Thing I Want”, aunque con los coros más bajos que en su primigenia aparición, invita
a movernos, al igual que “When The Music Played” con las guitarras algo amortiguadas
con una segunda mitad más dura distinta de la original, mientras que con el
medio tiempo “Black Water” rozan el blues-soul con unos bonitos coros capaces
de embaucarnos pero recortando su solo de guitarra, que suena llena de delicadeza
en la preciosa “Resurrection Day” junto a una enorme melodía vocal con un
sublime Bowes.
Vuelve la fiesta con la obvia “I
Love The Weekend” a ritmo de hard rock & roll divertido y contagioso con las guitarras más sucillas,
aclarándose y endureciéndose en onda zeppeliniana en la más pesada “Chasing
Shadows” aligerada por sus buenos coros, volviendo a terrenos más blues con la
polvorienta “Serpentine” de intenso ritmo medio.
Como decía antes la guarnición se
sirve en forma de versiones, comenzando por la sugerente y luminosa revisión de
“Be Good To Yourself” original de Andy
Fraser, bajista de Free que
también aparecen al final de este primer plato con un intenso recuerdo a su “The
Stealer” mostrando una vez más la indisimulada pasión que siente la banda, y Bowes en particular, por todo lo que
tenga que ver con Paul Rodgers. No
menos apasionada resulta la versión que ofrecen de “The Rocker” de Thin Lizzy, con un rollo brutal sonando
todos tremendos con especial mención para la base rítmica que forman Harry James a la batería y Chris Childs al bajo.
La cover de “Superstion” de Stevie Wonder resulta más rockera y
menos funky pero también más relajada, con algo menos de groove y cuidando
mucho las guitarras, siendo más fiel “Up Around The Bend” de Credence Clearwater Revival sonando tan
entrañable y festiva como de costumbre manteniendo toda su esencia,
completándose el primer volumen de la entrega con la más desconocida para el
público hard rockero “I’m Down”, tema rockanrolero de los Beatles marcado por sus armonías vocales y sus guitarreos más
cercanos a Status Quo que a los de
Liverpool. Como entrante no ha estado nada mal.
El plato principal fue cocinado
por los mismos chefs y servido en caliente, con el calor que da el directo, en
este caso desde el O2 de Londres dentro del Brooklyn Bowl el 6 de noviembre de 2014. En este show se hizo una
primera cata de algunos de los temas de ”Wonder
Days” que, al a vista de la respuesta de los comensales resultó bastante satisfactoria.
Así los afortunados que estuvieron presentes en el concierto londinense
pudieron saborear por primera vez en vivo “The Thing I Want”, “Black Water”, “Wonder
Days” y “Resurrection Day”, además de recordar el intenso sabor de clásicos
como la adictiva “Backstreet Symphony”, la emotiva “Low Life In High Places”
participando en los vaciles vocales propuestos por Bowes, al igual que en la desenfadada “The Devil Made Me Do It”, o
en la tremendamente divertida “Stand Up” saltando al son marcado por la banda.
También hay hueco en set para las
versiones, antes con “Be Good To
Yourself” y después con “The Rocker” y “Up Around The Bend”, todas ellas
recibidas con agrado por unos fieles que parecen llegar al clímax con la
inmensa “Love Walked In” uno de los medios tiempos más apasionados que se han
escrito y que una vez más vuelve a resultar maravillosa, como la alargada
interpretación de “Dirty Love”, la fiesta por definición, antes de cerrar
definitivamente con otra extensa “Just Another Suicide” igualmente intensa y
brillante con su sinuoso encanto electro-acústico.
Después de este atracón todavía
nos queda el postre, que en forma de DVD documental nos muestra el proceso de
elaboración del álbum “Wonder Days”
recogiendo las impresiones de los miembros de la banda en su habitual tono
distendido comentando desde el proceso de grabación y composición, hasta el
sentido de los temas, sin olvidar el periodo de baja de Ben Mattheus que aparece completamente recuperado. Además por si
esto fuera poco lo acompañan de una selección en directo de momentos filmados
durante las sesiones del RAK Studio 1
y del concierto del Brooklyn Bowl,
siete y seis temas respectivamente, y otros seis recogidos en el festival Loud Park de Tokio con una gran calidad
de imagen y sonido, no es el típico bootleg que se clava muchas veces como cebo
para que el fan irredento pique y se lleve a casa otro lanzamiento de relleno.
En este menú todo tiene
fundamento, llena y deja más que satisfecho al que lo saborea, aunque sea en
conserva. Ahora solo queda ir a por el bicarbonato y que nos lo sirvan fresco
en alguno de nuestro restaurantes locales. Sabrosísimo.
Mariano Palomo
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