(Frontiers Music)
Pero independientemente de estas
dos circunstancias lo que más debe pesar a la hora de obtener mayor o menor éxito
por parte de la banda es la tremenda calidad que atesoran en sus composiciones,
tanto las de su primer disco que pasó algo más desapercibido a pesar del enorme
talento de su trío fundador, el citado Romero,
el guitarrista Tony Hernando (ex
Saratoga) y el batería Andy C. (ex
Dark Moor), como las de este segundo en el que mantienen un notabilísimo nivel
tanto compositivo como interpretativo contando una vez más con la colaboración
de Roland Grapow (Masterplan, ex
Helloween).
Con todos estos ingredientes y
con los precedentes mencionados había muchas ganas de poder degustar esta nueva
obra cuya salida ha estado rodeada de una gran expectación que creo que ha sido
perfectamente justificada una vez escuchado su resultado final. Con un sonido
excelente en el que brilla la producción de Grapow y Hernando, que
también se hace cargo del bajo ya que cuando se grabó todavía no había entrado Javi García (ex Eden Lost) para
completar como cuarteto el grupo, creando unas canciones poderosas, elaboradas
y llenas de matices, con un cuidado trato de las melodías tanto vocales como
instrumentales equilibrando su poderío y pegada.
Unos temas que no tienen nada que
envidiar a los grandes del metal progresivo en la actualidad, como empezamos a
comprobar tras la breve intro “Malevolently Beautiful” con la poderosa “Merciless”
que con su frenético ritmo inicial engancha sobre las aceleradas guitarras de Tony y las precisa pegada de Andy antes de que Ronnie empiece a exhibir su enorme potencial vocal creando un desafiante
y matizado desarrollo de tintes power guerreros salpicado de excelentes
detalles instrumentales algo barrocos. Más
básicamente heavy resulta “Only One Life Away” de esencia clásica en su melodía
central pero con sonido contemporáneo tan limpio como punzante por momentos que
se dramatiza en algunos retazos vocales a lo Dio/Jorn.
Obviamente este influjo vocal
sobrevuela a lo largo y ancho del disco, pero no es un calco tal cual ni condiciona
el desarrollo del mismo, de hecho hay momentos mucho más teatralizados y
progresivos que pueden traernos a la mente nombres como los de Savatage, como en el caso de la
magnífica “Everything You’re Not” con ese inicio de piano a cargo de Andy tan del gusto de la banda de los hermanos
Oliva y que crea una ambientación
espectacular para que Ronnie
interprete con descarnada clase sus partes vocales mostrando gran capacidad de
transmisión, como sucede en la extensa “Ghost Of You”, un señor temazo,
intensísimo, lleno de idas y venidas rítmicas, matices instrumentales, pasajes
emotivos, aportes sinfónicos y embrujadores detalles.
Sigue siendo protagonista el
piano, esta vez de la mano del invitado Víctor
Díez, en la más sencilla “New World’s Comin’” igualmente intensa y melódica
con otro brillante solo de guitarra de Tony,
y en la misteriosa y llamativa “Tears I Will Be” con mayor carga sinfónica
marcando sinuosos arreglos entre los golpes de voz recordando a Masterplan, algo que resulta menos
acusado que en su primer disco pero que inevitablemente tiene que pasar estando
Grapow presente, y que sucede aún
más con la cañera “The Arts Of Illusion Part III – Wasteland” sobre todo por su
estructura cortada y su sonido de guitarra poderoso y melódico.
Entre medias de estas dos
interesantes piezas la no menos notable “Cry No More” más cruda con un cortante
riff incidiendo sobre su base que se tornándose embaucadoramente melódica por
momentos sin perder nada de fuerza y con un ligero punto épico por una breve
aportación en forma de segunda voz misteriosa.
Más rítmica y pesada en su
desarrollo nos encontramos con “Insane” que destila un aire taciturno en un
principio pero que luego exhibe una vez más la tremenda clase y poderío vocal
de Ronnie hechizándonos con sus
melodías dobladas llenas de expresividad, para luego tirar hacia arriba por
potencia en la pegadiza de aires marciales “Live By The Lie, Die By The Truth”
de nuevo con unos enriquecedores matices instrumentales.
Para el final queda la noventera algo
Judas “Shadows of War” con unas afiladas
guitarras y una base muy sólida marcando doble bombo junto a una poderosa
ejecución vocal de Ronnie que, como
regalo final nos deja una inmensa revisión del clásico “Lady Of The Lake” de Rainbow honrando a su tocayo Dio y como sabrosísimo aperitivo de lo
que será su participación próximamente en la reaparición del Arco Iris. Inmejorable cierre para este
trabajo que debe situar a Lords of Black
por derecho propio entre los grandes del heavy metal actual.
Mariano Palomo
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