(Rocktopia / Cargo Records)
Hace un par de
años comentaba en esta misma sección que “Heresy
& Creed” me había parecido el mejor disco de Ten desde el magistral “Babylon”
del 2000 y que esperaba que tras tantos cambios y parones la formación pudiera consolidarse
para seguir ofreciéndonos buen material a la altura de una de las bandas de
culto del hard melódico británico. Una vez escuchado este nuevo “Albion” parece que Gary Hughes y sus chicos han seguido por la buena línea dejándonos
un disco a la altura de su predecesor, aunque algo menos inmediato en sus
primeras escuchas.
Y eso que una
vez más Hughes ha vuelto a realizar
cambios en la banda, menos que otras veces, pero al más puro estilo
hipermercado nos ofrece un dos por uno en el puesto de guitarrista,
permaneciendo el habitual John Halliwell
y entrando los desconocidos Dann
Rosingana y Steve Grocott por el
hierático Dan Mitchel que a pesar de
haber hecho una buena labor en “Heresy
& Creed” nunca me pareció que encajara demasiado en la filosofía y el
estilo de Ten. El resto de la banda
sigue siendo la misma con Steve McKenna
al bajo, Darrel Treece-Birch a los
teclados y Max Yates a la batería.
Una vez más Hughes expone su pasión por la historia
dedicando esta obra a Albión, primer nombre con el que se conoció la isla de
Gran Bretaña, y que, ya desde su llamativa y atractiva portada obra del
ilustrador italiano Gaetano Di Falco,
nos sumerge en su leyenda histórica. Todo con un sonido en el que los pasajes
épicos son predominantes, pero con las habituales estructuras melódicas y hard
rockeras del grupo dentro de unas composiciones que arrancan de forma dinámica
y más que competente con “Alone In The Dark Tonight” buen tema con todos estos elementos marca de
la casa en la que la personal e inconfundible voz de Hughes nos va introduciendo de forma casi narrativa en el
desarrollo de la obra junto a unos buenos coros, unas guitarras marcadas y unas
teclas más emboscadas que dan el toque sinfónico.
Sigue
creciendo el disco con la más hard rockera “Battlefield” que impacta en su
inicio con un riff muy similar al de “All She Wrote” de Firehouse, aunque luego el tema poco tiene que ver con el hit de
los noreteamericanos, siendo un corte plenamente épico y novelero creando una
guerrera ambientación de campo de batalla como indica su título pero siempre
dentro de unos parámetros muy melódicos y delicados por momentos, que se
mantienen pero con un giro más directo en “It’s Alive” con más viveza y menos
carga rítmica, más cercana a la primera época del grupo pero con unos
espectrales arreglos de teclas esporádicos que me chirrían un poco.
Vuelta al
contexto puramente épico con “Albion Born” que se inicia con unas monacales
voces dobladas a capela que llevan a una instrumentación de aromas
medievales-celtas con redobles y sonidos de guitarra marciales que parecen
invitar al combate motivando con unos coros magníficos, que se apagan para llevarnos
luego hasta la sobrecogedora “Sometimes Love Takes The Long Way Home” en la que
la voz de Hughes muestra su
indisimulada admiración por Coverdale
en su forma de encarar el tema controlando las respiraciones, dentro de una
instrumentación que va creciendo cadenciosa y expresiva para envolvernos con su
melancólica melodía.
Tras esta
primera mitad baja un poco el nivel de intensidad con “A Smuggler Tale” un
corte atemperado con retazos sinfónicos evocadores reforzados por unas líneas
corales marcadas en su parte central, para recordarnos de nuevo a Whitesnake con la sugerente “Die For Me”,
acertadamente elegida como primer single, y que se sale de la temática más
épica para sonar mucho más clásicamente hard rockera con una potente melodía
vocal marca de la casa doblándose y con unas buenas guitarras repuntando sobre
unas teclas que por momentos se disparan. Se ensombrece un poco el panorama con
“It Ends This Day” con un tratamiento de guitarras más crudo y con un punto
progresivo actual que es suavizado por su buena melodía de voz y por unas
teclas algo horterillas pero con encanto creando un conjunto bastante curioso.
Llegamos al
final con la romántica balada “Gioco D’Amore” delicada y apasionada pieza con
un punto lírico aumentado por la inclusión de parte de su letra en italiano y
que además está adornada por un bonito solo de guitarra que repunta sobre su
tranquilo desarrollo, para cerrar recuperando la épica y el sinfonismo con “Wild
Horses” con escaso ritmo pero con notable carga emotiva, de nuevo con las voces
como mejor activo.
Como decía al
principio Gary Hughes y sus Ten han redondeado un muy buen trabajo,
que, aunque se acerca, todavía no llega al nivel de sus mejores tiempos, pero
desde luego me parece que mantiene la calidad de sus dos trabajos anteriores. Además
en esta ocasión con el aliciente añadido de haberlo publicado en edición
limitada también en vinilo, siendo el primero de la banda en este formato, y
que sin duda será toda una golosina para sus fans más acérrimos.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario