(The Fish Factory)
Los responsables de esta obra son
el vocalista Ian Wilde, el
guitarrista Adryen Rcok, el bajista Dave Starblitz y el batería Chris Carrest, que se encargan de
destripar con poderío los once cortes que componen el CD, comenzando de forma
un tanto oscura con el inquietante inicio de “Prometheus” que va ganando en
ritmo y pegada durante su desarrollo con incisivos repuntes guitarreros tras
una entrada de teclas algo siniestra, para crear después buenos contrastes
vocales alternando momentos agresivos con otros muy melódicos.
Continúan de forma más cruda y
macarra con la descarnada “Full Of Love” potente y arrogante corte cuyo sonido
nos lleva al de las bandas escandinavas tipo Hardcore Superstar o los Crashdiet
más duros dejando unos marcados riffs mezclados con buenos arreglos de
teclados. Siguen en esta misma línea con “Judgement Day” sin perder pegada ni
contundencia pero aportando mayor presencia melódica en voces y guitarras rompiendo
en un buen estribillo, recrudeciéndose de nuevo en la más garajera “No More
Gentlemen” con unas guitarras cortadas tremendamente adictivas y con unas voces
que derrochan actitud y macarreo.
Guitarras más pesadas de nuevo
cortadas para “Ain’t Coming Home” que tiene una contagiosa cadencia a lo “Monkey
Business” de Skid Row entre la que
se clava la aguda voz de Ian,
cambiando a continuación de registro para pasar a tonos más relajados y
profundos en el comienzo a lo western acústico de “Sturm and Drang” para
golpear nuevamente con fuerza sobre un pesado riff resultando algo machacona
pero bien desarrollada.
Se aviva el ritmo y se aclara un
poco el sonido en la más sleazy y vacilona “Steam” con la voz principal
arrastrada y áspera bien secundada por los coros dándole un descaro tremendo
resultando tan sencilla como efectiva, como lo es por su reiterado riff central
“I Am What You Are Affraid To Be” en clave más actual con una arrogante
propuesta vocal rematada por un incisivo y notable solo de guitarra de Adryen.
Más fiesta con “Rockin The Radio”
el tema más rockanroleo y bailable del disco con un ritmo que atrapa desde sus
guitarras algo punk y con muchísimo rollo en su estribillo pegadizo que me
recuerda a sus compañeros de sello Jolly
Joker, de lo más destacado del disco. Sigue el la diversión con “Dancing
With The Devil” en la que si bien las guitarras parecen más cuidadas tirando al
sleazy la voz de Ian parece más
forzada quedando quizá excesivamente áspera, pero igualmente competente.
Queda para el final la más “seria”
“Sail On” en la que las melodías de guitarra inciden con filo sobre su marcada
base rítmica junto a unas expresivas voces algo estridentes por momentos.
Cierre más que correcto para un disco divertido, bien ejecutado, con mucha
actitud y que no tiene demasiado que envidiar a los de los grandes nombres
internacionales del género, sobre todo teniendo en cuenta de que se trata de su
primer trabajo.
Mariano Palomo
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