(Top Artist Promotion)
En el mundo de la música de vez
en cuando surgen proyectos que nos sorprenden por su originalidad y eclecticismo,
es el caso de Orphaned Land, una
formación multicultural afincada en Oriente Medio que ya lleva unos años
sorprendiendo a propios y extraños con su arriesgada propuesta que va más allá
del rock progresivo. Ahora uno de sus líderes y cofundador, el guitarrista,
compositor y productor Yossi Sassi lanza
para finales de año su segundo trabajo en solitario, sucesor de su debut discográfico
“Melting Clocks” en el que contó con
colaboraciones del nivel del guitarrista Marty
Friedman (ex Megadeth, Cacophony) o de la cantante Mariangela Demurtas (Turisas) que también le acompaña en directo.
En este nuevo disco Yossi envuelve una filosófica historia
conceptual acerca de la fuerza del espíritu humano de una deliciosa banda
sonora llena de matices y ambientaciones en el que sus raíces hebreas se
mezclan con desarrollos progresivos y eléctricos creando un fantástico resultado
final lleno de gusto y clase en clave casi íntegramente instrumental.
Comienza el viaje por el desierto
en busca de las mariposas con la evocadora “Orient Sun” de título más que
apropiado creciendo sobre los medidos rasgueos y punteos de Yossi sobre su Bouzoukitara, el curioso
instrumento de cuerda inventado por él mismo y con el que desarrolla sus
melodías. Continúa de forma más eléctrica pero sin perder esa atmósfera odalisca
en la encantadora “Fata Morgana” fusionando rock progresivo y folklore oriental
magníficamente, suavizándose luego acercándose a la new age con “Neo Quest” donde lucen unos buenos detalles de percusión
y piano que acompañan la preciosista guitarra que marca su melodía central.
Con “Azadi” retoma el sonido
arabesco más marcado con una voz femenina casi susurrando en segundo plano que
acompaña un bonito piano de aires andalusís, sorprendiéndonos luego con “Believe”
el tema más “comercial” del disco de nuevo con voz femenina, supongo que será
la de Mariangela, ahora en italiano
al principio entrando luego en inglés junto a otra masculina creando un melódico
dueto dentro de una línea ligera en la que la guitarra española se deja notar
con buenos detalles con un resultado final de lo más curioso.
Salta luego a terrenos más
puramente progresivos en el tema título “Desert Butterflies” alternando marcados e intensos arranques con
delicados rasgueos electro-acústicos que van y vienen hasta llegar a un bonito
y tranquilo solo, remarcándose el carácter progresivo llegando al jazz fussion
en la versátil “Inner Oasis” corte dotado de fuerza y clase con un trabajo de
guitarra que puede recordar a gente como Al Di Meola, antes de enlazar con la suave acústica “Shedding Soul”
preciosista pieza que se prolonga con la delicada “Jason’s Butterfly” que no es
más que un original y bucólico desarrollo de guitarra eléctrica o de
bouziukitara, quién sabe.
En el final vuelve el ritmo y los
aires new age a lo Neal Schon en
solitario con la cálida “Azul” sencillamente mágica, antes de cerrar con la
envolvente “Cocoon” que todo el ritmo que le falta lo suple con una enorme
sensibilidad tanto instrumental como vocal, alternando otra vez voz masculina y
femenina. Colofón a un delicioso CD, para degustar sin prejuicios y con
tranquilidad.
Mariano Palomo
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