El inquieto guitarrista
norteamericano Joel Hoekstra ha
sacado tiempo entre sus múltiples ocupaciones, antes con Night Ranger ahora con Whitesnake,
para marcarse un señor disco acompañado por dos de los vocalistas más grandes
del panorama hard & heavy, nada menos que Russell Allen y Jeff Scott
Soto, y por dos maestros de las bases rítmicas como son el bajista Tony Franklin y el batería Vinny Appice, además de contar con unos
cuantos invitados de gran nivel.
Con estas premisas sólo podíamos
esperarnos un fantástico producto final y eso es precisamente lo que nos
encontramos, un excelente conjunto de temas variados que van del heavy melódico
al A.O.R., alternando momentos épicos y guitarreros con composiciones suaves,
pasando por baladas llenas de sentimiento e intención, todo ello con un cuidado
sonido en el que todo suena con fuerza y clase sin sobrexposiciones
instrumentales ni vocales, pero con todos los participantes en el disco
desempeñando su labor a una gran altura.
Comienzan atacando de forma poderosa
con “Say Goodbye To The Sun” plena de fuerza y expresividad en la guitarra de Hoekstra y en la voz de Allen rodeando su ritmo cortado de
misteriosos coros, aligerando un poco pero sin despegarse mucho de esta línea
con la más épica “Anymore” que deja cierto regusto al mejor Yngwie o al proyecto de Allen junto a Lande con una enorme melodía vocal que rompe espectacular en su
estribillo, destacando la participación de Derek
Sherinian a los teclados y un gran solo de guitarra de Joel.
Se relaja el ritmo con “Until I
Left You” apareciendo Jeff Scott Soto
en su versión más melódica creando un sonido delicado y elegante junto a unos
bonitos arreglos acústicos pero sin olvidarse de la eléctrica, que se rasga en
la descarnada balada “Long For The Days” de nuevo con Allen al frente dotándola de profundidad y potencia, y con otro
buen solo de guitarra. Vuelve Soto
al primer plano para poner su apasionada voz a la hard rockera “Scream” de
estribillo tremendamente pegadizo y con otra buena aportación de teclados de Sherinian.
Sigue la onda de buen hard
melódico con “Never Say Never” igualmente recordable con mucha llegada en sus
riffs y en su estribillo mostrando la versatilidad de Allen yendo de la melodía delicada a la potencia con una facilidad
pasmosa, como demuestra también en la sugerente “Changes” salpicada de bonitos
detalles de guitarra y con unos envolventes coros donde participa el gran Toby Hitchcock (Pride Of Lions).
Más pegada en la desafiante “The
Only Way To Go” con unas enormes melodías vocales de los dos cantantes con
mayor presencia de Soto entrando de
manera potente entre los rasgueos de Hoekstra,
que se endurecen notablemente en “Dying To Live” el tema más pesado del disco que
alterna momentos densos con otros más dinámicos creando una atmósfera
intrigante que no me ha terminado de convencer, a pesar del tremendo poderío
vocal de Allen.
Por el contrario con “Start Again”
y con “What We Believe” la melodía crece exponencialmente con Jeff luciéndose, en el primer tema
entrando de lleno en su versión más A.O.R. dentro de una preciosa pieza que
recuerda a sus tiempos con Eyes, y
en el segundo compartiendo protagonismo con Chloe Lowery (Trans Siberian Orchestra) el corte más extenso del
disco en el que contrastan sus voces dentro de una agradable ambientación a
ritmo lento adornado de bonitas aportaciones acústicas y con un ligero toque progresivo.
Buen cierre para un magnífico trabajo
que acaba de confirmar a su titular, por si no lo estuviera ya, como un gran
músico y compositor más allá de ser un mercenario de lujo al servicio de
algunos de los mejores grupos del hard rock mundial, parece que Coverdale ha vuelto a acertar.
Mariano Palomo
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