jueves, 1 de octubre de 2015

GRAVESHADOW “Nocturnal Resurrection”

(Mausoleum  Records)
Desde la capital de California, Sacramento, y tras un primer EP de presentación del año pasado, llega el primer larga duración de Graveshadow, una joven banda que práctica un metal sinfónico con algunos dejes death melódicos, góticos e industriales, y en la que la voz operística de Heather Michele es quizá lo más destacado contrastando con la fiereza gutural de Jason Angove y del también productor Matt “Hazmatt” Thomas. Todo el caudal vocal y lírico se ve complementado por un sólida instrumentación de guitarras trabajadas y poderosas a cargo de Matt Mitchell y William Walker III, rasgando las ambientaciones y orquestaciones salidas de los teclados de la otra fémina de la banda Valerie Hudak que cumplimenta su labor competentemente, al igual que el batería Roman Anderson y el bajista Benjamin Amstrong.
Se abre el disco con “Namesake”, con las teclas de Valerie desprendiendo inquietante misterio que es roto por un potente riff y por la voz gutural de Hazmatt, que alterna luego con el lirismo de la de Heather dentro de un rítmico tempo pesado. Sigue la misma línea cadenciosa en la más fiera “In The Road Of Desire” con la batería de Anderson machacando salvo un tramo más suave y romántico que desaparece antes de un punzante solo de Mitchell.
Observamos mayor ritmo y dinamismo en menos pesada “Lycan Lust” con unos golpes de voz de Heather muy cercanos a los de Nightwish respaldando la rotundidad de sus guitarras pero con bastante carga melódica y épica explayándose en su solo antes de llegar a un nuevo ataque rabioso de Angove. Destaca más el contraste vocal oscuro-lírico en “Winter’s Come To Call” rodeado de buenos momentos orquestales rodeando sus intensos cambios de ambientación pasando de la relajación a la agresividad.
Esos cambios de sonidos los encontramos también en “Blink” de guitarras más atemperadas y pesadas, sobre las que se desarrollan las melodías de voz tanto de Heather como de Hazmatt completadas con una breve aparición de Ralph Scheepers (Primal Fear) para redondear una dramatizada composición que tan pronto nos lleva a terrenos bucólicos y oníricos, como nos golpea terroríficamente.
Las melodías melancólicas marcan la oscura “Fading” que dentro tempo medio inserta detalles góticos y operísticos con discretas irrupciones guturales que se intensifican a continuación en la inquietante de tintes doom “Exhumed”,  y en la densa “Blood And Fire” que cierra el trabajo con un barniz de tétrica teatralidad. Cierre correcto para este interesante disco que por momentos puede hacerse un poco pesado, pero que contiene un buen número de matices y contrastes bien trabajados por sus intérpretes.
Mariano Palomo

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