jueves, 15 de octubre de 2015

VOODOO HILL “Waterfall”

(Frontiers Music)

Dario Mollo, uno de los músicos más brillantes del rock italiano, vuelve a escena con el que es para mí su proyecto más representativo Voodoo Hill, sin olvidarnos de otras buenas aventuras como The Cage. Después de más de diez años desde la publicación de su anterior entrega, Mollo vuelve a unir fuerzas con el mito Glenn Hughes para ofrecernos una nueva remesa de cuidadas composiciones enraizadas en el hard más clásico para conformar el tercer trabajo de esta franquicia que muchos dábamos ya por finiquitada.
Siguiendo la línea de sus predecesores en este disco volvemos a encontrar la clase y elegancia de Hughes puesta al servicio del talento creativo de Mollo, bebiendo de las fuentes más puras y reconocibles del género, tocando la guitarra con una pasión y técnica más que notables, y redondeándolo todo de un gran sonido en el que se alían fuerza y melodía para crear un gran resultado final. La pareja titular está acompañada  para la ocasión por el teclista y bajista Dario Patti, por el también bajista en algunos temas Andrea Maiellano, y por los baterías Ricardo Vruna y Vladimir Ruzicic Kebac.
Como decía en este “Waterfall” el hard rock es la espina dorsal sobre la que se desarrolla su sonido, desde la seductora inicial “All That Remains” que abre llena de melodía y sensualidad con la voz de Hughes en tonos medios luciendo junto a unas guitarras pulidas y a unas ligeras teclas en segundo plano, hasta la envolvente final “Last Door” que crece con cuerpo y solvencia dentro de su cadencioso ritmo. Entre medias cortes tan atractivos como la sinuosa “The Well” dotada de unos originales juegos vocales atravesados por un punzante solo de guitarra, o la adictiva “Karma Go” deudora de la herencia Zeppelin en sus guitarras y con Hughes dejando su inconfundible sello arrastrando su voz, que se torna más nasal con un toque soul en la rasgada “Evil Thing” destilando venenosa esencia del cantante británico en su reiterado estribillo.
Antes nos encontramos con la polvorienta “Rattle Shake Bone” de base blues eléctrica pero con un riff bastante heavy sobre el que se desarrollan los punteos de Mollo y las demostraciones vocales de Hughes resultando de lo mejorcito del disco, al igual que la potente “Eldorado” que empieza tranquila para luego crecer sobre su ritmo entrecortado con unas guitarras endurecidas dando réplica a sus melódicos coros, o la más relajada “Underneath and Down Below” más Rainbow por sus ambientaciones de teclado y por el apasionado modo de tocar la guitarra de Mollo culminando con un enorme solo a lo Blackmore.
Bajan un poco la intensidad con la más relajada “Sunflower” con unos desarrollos vocales e instrumentales más prolongados, aumentando con el expresivo medio tiempo “White Feather”, misteriosa pieza apasionadamente técnica, al igual que la bella balada “Waterfall” que da título al disco. Un disco a la altura de lo que podíamos esperar de sus creadores y que debe hacer las delicias de los seguidores del hard más clásico, y en especial del maestro Hughes.
Mariano Palomo

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