(Frontiers Music)
Desde que en 2003 retomó su
carrera en estudio con un más que decente “Wonderland”
se han ido sucediendo discos más o menos correctos pero en mi opinión ha ido
cayendo paulatinamente en una intranscendentalidad casi total llegando ahora
hasta este “Love Is Coming” que
probablemente sea lo más flojo que haya publicado la norteamericana hasta la
fecha. Y no será porque Robin no de
la talla, ni mucho menos, de hecho su voz es lo único que realmente cumple con
nota, ni porque no se haya hecho acompañar de una luminaria del A.O.R. como Cliff Magness que se hace cargo
prácticamente de toda la instrumentación, producción, mezcla y grabación del
disco, junto a su marido James Christian.
El caso es que entre unos y otros
han completado una docena de composiciones que para mí no tienen el nivel exigible
a una artista con tanto nombre. Salvo escasas excepciones me suenan artificiales,
sin chispa, sin cuerpo, no tienen el encanto y la fuerza que por momentos
intenta darles Robin con su voz,
pero la instrumentación me resulta insulsísima, ni siquiera es pop en
condiciones. Así comienza con un par de cortes que parece que quieren arrancar amagando
pero sin pegar, la primera “Island” se salva mínimamente por algunas subidas
tonales en su voz, las guitarras y los teclados se pierden huecos entre su
sinuoso ritmo, como le pasa aunque en menor media a “On The Birght Side” corte
modernete con la voz tratada por un efecto inicial absolutamente prescindible como
podemos comprobar después cuando tira para arriba con poderío para darle una
energía que se pierde ente subidas y bajadas de ritmo insustanciales, ni
siquiera las rítmicas de Tommy Denander son
suficientes para hacerla interesante.
Un Denander que participa también metiendo un buen solo en el tema
título “Love Is Coming” quizá lo único destacable dentro de otra composición
sin gracia ni fuste, entrecortada, con un tonillo atormentado que no me dice
nada. Antes, afortunadamente, podemos disfrutar de la apasionada voz de Robin en su mejor versión brillando en
las bonitas baladas “In These Eyes” y “If You Only Knew”, con el piano
acompañando en la primera y con un aire soul sesentero la segunda, ninguna de
las dos son “First Time” pero están bastante bien, sobre todo comparado con lo
que le rodea.
Tampoco están mal dentro de su
simplicidad la optimista “Me Just Being Me” que, sin ser nada del otro mundo,
al menos tiene encanto en sus melodías de voz y guitarra, recordando un poco a Shania Twain, o la más ochentera “Girl
Like Me” con sus buenas melodías de guitarra, su sólida base y sus precisos
teclados dentro de un sonido y un ritmo hard A.O.R. más acorde a lo deseable
con ese punto entre ingenuo y sensual que la señora Beck maneja como pocas.
A partir de aquí se suceden los
temas escasamente atractivos, “Onto Something” medio tiempo modernete de buena
base pero con unas guitarras más que discretas, “Lost” más o menos en la misma
onda con un pelín más de chispa pero sin acabar de rematar, o “Crave The Touch”
misteriosa e intrigante intentando coger algo de altura con el solo de guitarra
de John Huldt pero sin acabar de
cuajar. Lo mismo le pasa a “Here I Am” medio tiempo lineal donde se salvan las
voces dobladas por su fuerza expresiva, rematando la faena con “Warrior” otro
corte con muy poquita fuerza, suave y agradable rozando la new age pero
tremendamente plano.
En fin, un disco que desde luego
no creo que esté los primeros puestos de las preferencias de los seguidores de
una señora artista que tantas alegrías musicales nos ha dado a lo largo de su
dilatada trayectoria, y que esperamos que siga haciéndolo aunque sea en directo
para volver a disfrutar del puñado de hits que nos regaló en su momento.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario