(Frontiers Music)
Con un estilo difícilmente
clasificable, con el hard rock como base, pero con multitud de matices e
influencias que van aleándose para crear un resultado compacto y personal, con
la melodía y la calidad técnica como premisas innegociables, siendo capaces de
ofrecer una propuesta actual en su producción pero enraizada en los sonidos
clásicos con elementos que abarcan desde el stoner setentero al metal melódico
noventero, pasando por el hard ochentero, el funky o el blues, incluso sin
necesidad de cambiar de canción en algunas ocasión.
Todo los miembros de la banda
muestran un gran nivel, comenzando por el poderoso y versátil vocalista Antony Ellis, todo un descubrimiento
capaz de mostrarse fiero y rotundo en las canciones más cañeras o cálido y
suave cuando el tema lo requiere. Enganchan perfectamente con esta versatilidad
los guitarristas Sam Millar y Mick McCullagh que igual descerrajan
furibundos ataques metaleros que acarician sus cuerdas con delicados acordes,
siempre sólidamente sustentados por el bajista Matt Avery y por el batería Tom
Aspinall. Mención también para el Justin
Richards que se ha encargado de la producción, mezcla y grabación
obteniendo un excelente resultado junto al grupo.
Empezamos a comprobar lo bien que
suena este disco con “Karma” un crudo ataque de hard actual con tintes
metaleros en sus punzantes riffs con la voz de Ellis arrogante y melódica dentro de un sonido tremendamente
compacto y directo gracias a los golpes de voz de su estribillo. Continúan las
guitarras potentes y trabajadas en la más melódica “The Fear” marcando un
contagioso ritmo balanceándose entre su fiereza inicial y sus cuidados
desarrollos vocales y armónicos, pasando a terrenos cercanos a la sleazy y el
funky con la vacilona “Tell Me a Lie” con unas guitarras muy Slash por momentos pero con un curioso
deje en sus rítmicas que acercan el tema a Extreme,
barnizado todo de una excelente melodía de voz.
Tras esta poderosa terna inicial
se relajan para regalarnos una auténtica preciosidad de corte como es “Forever
Alone” un señor baladón lleno de sentimiento y calidez con un Ellis superlativo desplegando clase al
igual que Millar y McCullagh con sus guitarras para
envolverlo todo de delicada intensidad, rematando con un apasionado solo.
Vuelta al hard más movido con “Eat Your Words” potente y vacilona con un ligero
aire Tyketto en sus melodías de voz pero
de nuevo con el toque Extreme-Guns n’
Roses en sus guitarras.
Se atempera y densifica el ritmo
con “Prisoner Of War” con unas bases más pesadas de cierto regusto bluesy, con
mucha fuerza y encanto en sus voces y guitarras acompañadas de un delicado
aporte orgánico alargándose en su suave parte final, para rasgarse de nuevo con
poderío acercándose al stoner más asequible en el inicio de “Freakshow” dotada
de un gran groove con el bajo de Avery
dejando su huella y donde se mueve con soltura Ellis hasta llegar a un solo de guitarra clásico doblado a lo Thin Lizzy-Maiden.
Continúan sorprendiéndonos con “I
Dare You” de nuevo con la base rotunda y entrecortada entre la que se cuelan
unas guitarras pesadas aligeradas por las melodías de voz con unos grandes
coros e incluso por un breve fraseo reggae para acelerar luego poderosa en su
tramo final. Levantan un poco el pie del acelerador para seguir mostrando su
amplitud de miras con “The Devil In Me” en clave heavy rock teatral, con unas
voces dramatizadas, unas guitarras matizadas tanto eléctricas como acústicas y
cierto aroma sinfónico a lo Uriah Heep.
Más sencilla y directa resulta “Uninvited” cruda pero cuidada, clásica en su
estructura hard rockera pero actual en su sonido, con unos coros que golpean
por momentos entre la potente voz principal que engancha sin empalagar.
El cierre lo pone la extensa “Yours”,
casi nueve minutos de profunda y atormentada ambientación de nuevo con
elementos teatrales en sus evocadores coros, vibrantes guitarras e intensas
melodías de voz adornadas por suaves rasgueos acústicos. Buen final para este
más que notable trabajo lleno de matices y calidad al que quizá solo le falte
ser un poco más concreto en su propuesta, por momentos podemos despistarnos y
no saber exactamente qué estamos escuchando.
Mariano Palomo
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