(Killer Metal Records)
El heavy metal underground
madrileño sigue activo y ofreciendo nuevas e interesantes aventuras. Una de las
que más ha llamado la atención últimamente ha sido en la que se embarcaron hace
ya unos meses el guitarrista Willy Gascón
(ex Steel Horse), el batería Ricardo
Lázaro (Calibre Zero) y el cantante Javier
Pastor (ex Wild). Los tres se unieron para dar forma a Thunderheart, una formación enraizada en el heavy metal clásico más
ortodoxo como ellos mismos se han encargado de manifestar en alguna ocasión y
que, desde luego una vez escuchado este primer disco, no engañaban a nadie. Lo
suyo es puro y duro heavy ochentero influenciado por los sonidos que surgieron
desde los suburbios británicos durante la NWOBH pero también por los de
Hannover o Hamburgo de las bandas alemanas que marcaron el camino para la
avalancha que vino después, o incluso de alguno de los grupos de power
americano. Todo ello, seguramente, fraguado en
largas noches de headbanging en los bajos de Argüelles.
Teniéndolo tan claro había pocas
dudas de lo que íbamos a encontrar, imagen, portada, títulos, todo nos lleva al
mismo punto, ahora tocaba comprobar cómo iban a ser capaces de plasmarlo en
forma de canciones, y la verdad es que no sorprenden, en este caso para bien.
El sonido es bastante claro, dentro de una producción mejorable pero bastante
decente para lo que suele verse por ahí dentro del género (no por sonar peor se
es más auténtico, otra cosa es los medios con los que se pueda contar).
Guitarras afiladas pero
melódicas, estribillos y coreos pegadizos, ritmos muy marcados, y una voz como
la de Javier Pastor que, si bien en
un principio me resultó algo difícil de asimilar, ha terminado por parecerme
bastante adecuada para la propuesta del grupo. Está claro que no estamos ante
la típica demo de unos colegas que se juntan para grabar unos cuantos temas sin
apenas ensayar, aquí se intuye bastante trabajo y años de rodaje de los músicos
en sus otras bandas, sobre todo por la figura de Willy Gascón que me parece de lo más remarcable, sin menospreciar
para nada la labor de Ricardo Lázaro
a los tambores.
El disco comienza con la
instrumental “New Horizons” minuto y medio a modo de melódica intro con aires
guerreros para llevarnos a “Show Them Our Fire” que mantiene un poco de épica
sobre un ritmo cabalgante doblando guitarras y voces quedando bastante bien.
Sube un punto el nivel con “Night Of The Warriors” con un estribillo coreado y
bélico que tiene pinta de funcionar muy bien en vivo, básico, sencillo y
efectivo, continuando en modo hímnico con “Thunderheart” con unas rítmicas marcadísimas
y unos golpes de voz que hacen que nos acordemos de Accept sí o sí.
Se recrudece el sonido con “Concrete
Jungle”, más veloz y rasgada, llena de intención pero algo intermitente, y sobre
todo con la más sucia y seca “Killing My Fears” sobrevolada por el influjo de Lemmy y compañía creando un corte con
ritmo y rollo. Más pesadas y oscuras resultan “Rules Of A Lie” con un deje
tenebroso a lo Sabbath, que se
aclara algo en “Bulletproof” que tarda en entrar por su cadencia pero acaba
saliendo airosa.
Recuperan la velocidad en la
briosa “I’ll Always Be There For You” igualmente
cruda pero clara en su estribillo y guitarras con un buen solo de Willy, para acabar de rematar la faena con
la directa “Rise Or Fall” que se nos queda en la cabeza una vez más por su
estribillo clarísimo y por sus rítmicas trabajadas, siendo de las que más redondas
creo que les ha quedado.
Buen disco que en sus treinta y
cinco minutos duración repasa la esencia del heavy metal clásico trayéndolo de
nuevo a la palestra con encanto y con una más que correcta ejecución, aunque me
da la impresión que seguramente será más disfrutable en directo.
Mariano Palomo
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