(Frontiers /
Mastertrax)
Tres años después de su victorioso
regreso discográfico con el brillante “What
If” Eric Martin, Paul Gilbert, Billy Sheehan y Pat Torpey,
vuelven a dejarnos otra buena entrega, aunque en mi opinión algo inferior a su
predecesora. Y no es que el disco sea flojo, ni mucho menos, pero si echo en
falta algo más dinamismo e inmediatez en la mayoría de sus temas, elemento
diferenciador que sí encontraba en “What
If” y que ahora en este “…The Stories
We Could Tell” no he logrado hasta después de rascar mucho dentro de unos
desarrollos más densos en general.
Eso sí, el nivel instrumental
y vocal sigue intacto, todos los miembros del grupo mostrándose como auténticos
músicos top en cada uno de sus instrumentos, gustándome especialmente el
tratamiento de las guitarras por parte de Paul
Gilbert, sencillamente espectacular, con dejes muy clásicos por momentos, y
con alguna que otra muestra de su vena más experimental con la que se explaya
ampliamente en sus discos en solitario.
Yendo directamente a los temas
que más me han seducido del disco me quedo con la hard rockanrolera “What If We
Were New” por su rollo clásico setentero lleno de encanto en su alegre sonido
de guitarras barnizado por las melodías vocales marca de la casa, repitiéndose
en cierto modo la fórmula pero con un deje más blues en la cadencia de “It’s
Always About That Girl” un medio tiempo embaucador con la base rítmica muy
marcada, salpicada de licks y rodeada de buenos coros. A la misma altura pueden
estar la luminosa “Satisfied” clásico Mr.
Big lleno de ritmo buenrrollista con esas voces dobladas que el cuarteto
ejecuta como pocos, o la desafiante “The Monster In Me” que va enganchando
sobre una base gorda, con Sheehan
dejándose notar, aligerada por las melodías de voz.
En un segundo escalón situaría las
enérgicas “Gotta Love The Ride” que abre el disco recogiendo el sonido de los
temas más pesados de “What If” pero
con un punto más de agilidad en sus desarrollos instrumentales, y “I Forget To
Breathe” con un ligero ramalazo funky en su marcado riff cortado recordando a
la etapa Kotzen de la banda, al
igual que en la resultona aunque algo simple “The Light Of Day” o en la tórrida
“Cinderella Smile” de reminiscencias setenteras y Hendrix pero con unos arreglos actualizados algo densos, como
sucede en la sombría final “The Stories We Could Tell”.
Por su parte los temas algo más
relajados del disco cumplen bastante bien, “Fragile” con su ritmo nada
acelerado pero rotundo resulta de los más A.O.R. del disco por sus melodías de
voz pudiendo encajar perfectamente en los últimos discos en solitario de Eric Martin, al igual que el medio
tiempo “Eastwest” adornado de unos rasgueos acústicos que se imponen por
momentos a los aportes eléctricos de Paul
Gilbert.
En cuanto las baladas propiamente
dichas, una de las especialidades de la banda, en esta ocasión tenemos doble
ración, primero con “The Man Who Has Everything” una cálida y agradable pieza
pero algo monótona, que es mejorada notablemente por la sentida y romántica “Just
Let Your Heart Decide” mucho más completa e intensa de nuevo jugando con
acierto con los sonidos acústicos y eléctricos, amén del habitual nivelazo
coral.
En general un buen disco, de eso
creo que no hay duda, lleno de interesantísimos momentos técnicos, pero con
menos punch que otras veces, al menos eso es lo que a mí me ha transmitido. En
apenas mes y medio tendremos la oportunidad de verles defenderlo en directo por
aquí, seguro que entonces estos temas nuevos nos transmitirán mucho más rodeados
de sus grandes clásicos, y si pudiera ser con Pat Torpey a la batería mejor que mejor, y si no puede ser le
deseamos que se recupere lo antes y mejor posible de su enfermedad de
Parkinson. Animo Pat.
Mariano Palomo
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