(The Fish Factory)
Evidentemente y como no podía ser
de otra manera los temas suenan a Scorpions
por todos los lados, se nota la estricta dieta musical a base de escorpiones
que han seguido en estos años los miembros de la banda con un Panchi a la voz que es de lo más parecido
que se puede escuchar a Klaus Meine haciéndolo
de forma espectacular, muy bien acompañado a las guitarras por Mario y Yeyo, alter egos de Rudolf
Schenker y Mathias Jabbs
respectivamente, con Sergio al bajo
y Ramón a la batería, completándose
la formación con los coros de Javi
que también mete rítmicas y acústicas en un tema.
Comienza el CD con el tema título
“Transition” que es al que ha puesto letra Rarebell
para encajarla dentro de su cadencioso y marcado ritmo con unas melodías de voz
nasales que se alían con unas trabajadas guitarras para crear una pieza con
cuerpo y solidez que recuerda a la etapa de principios de los noventa de Scorpions. Más dinamismo y melodía en “Rocking
The Moon” típico corte Scorpions del
siglo XXI que seduce con su ritmo y claro cuidado instrumentalmente, para
llegar después a una sorprendente y vibrante adaptación del tema de Pet Shop Boys “Heart” que se llevan a
su terreno con un gusto y energía tremendos destacando los fantásticos arreglos
de guitarra de Mario, me recuerda un
poco a lo que hicieron en su momento Gamma
Ray con el “It’s a Sin” del dúo británico.
No podían faltar los momentos
baladescos y relajados, comenzando por “Take Your Lies” un precioso corte que
cumple con nota de nuevo con las guitarras brillantes y cuidadas con la
participación de Javi que además ha
compuesto la música quedando de lo más agradable y expresiva con una suave
aportación de teclados de la mano de Leo
Peña. Leo también aporta unos
bonitos arreglos orquestales a la melancólica “Loneliness” marcada por el piano
de Gloria Vázquez y por la cálida
voz de Panchi que va creciendo en
intensidad con la entrada de unas segundas voces recordándome al “Humanity” de
los alemanes.
Siguen en clave hard rockera con “Believe
Or Not” con una pegadiza cadencia, un estribillo melódico y claro y otro buen
solo en este caso a cargo de Yeyo
que cede el protagonismo guitarrero a Mario
en los reiterados fraseos de “Terrific Speed” más rítmica y desafiante pero
algo monótona en su desarrollo, metiendo más ritmo e intensidad en “They Gotta
Go” con el sonido ochentero característico de sus seductoras guitarras que nos
lleva hasta un estribillo ganador, entrando de nuevo en terrenos más rítmicos y
algo machacones con “Empty Game” donde destacan los matices vocales sobre su
base más lineal y su incisivo riff con unos coros muy del “Crazy World”.
Se completa el disco con “Savage
Days” un tema que casi por sí solo sería suficiente para que cualquier fan de Scorpions o del hard rock ochentero se
acercará a él, notándose sobremanera la pegada característica de Herman Rarebell que aporrea para darle un
ritmo alto entrecortado que recuerda en su cadencia al de “Dynamite” pero con
algo menos de frenetismo en su voz y guitarras.
Ahora ya podremos cuestionar si
es más o menos oportuno o meritorio el publicar un disco tan clavado en su
sonido a una banda de referencia, habrá quien piense que para eso mejor seguir
haciendo versiones de sus temas, pero yo creo que tiene el mismo mérito que
cualquier otro grupo porque, al fin y al
cabo, a estas alturas todo el mundo tiene referentes y casi todo el mundo acaba
sonando parecido a algún o a algunos clásicos, el caso es hacerlo bien y Stingers me parece que lo han hecho muy
bien. Creo que este disco es un paso adelante y en cierto modo una transición como
su título indica, y una razón más para acercarnos a la bandas de versiones a
las que tanto se critica muchas veces por su falta de originalidad y talento
compositivo quedándose muchas veces en meros ejecutores, brillantes en muchas
ocasiones, de canciones ajenas.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario