(Frontiers Music)
Temas más hard y guitarreros como
“Young Gun” que abre el CD a buen ritmo con la melodía vocal clara llegando a
un estribillo fácilmente recordable con bastante rollo y con una afinación
bastante original, endureciéndose un poco en la insinuante “What’s It To Ya”
recordando a los primeros Winger
sobre todo el tratamientos de los coros y por su reiterado riff incidiendo en
la sólida pegada del batería Scott
Trammell, dándose estos mismos elementos en la correcta “Reason To Believe”
con unos originales juegos de voces.
En esa misma línea está también la
atemperada “We Are” con la voz de Brock
más áspera llena de fuerza y personalidad empastando perfectamente con la
potente guitarra central de Roth que
también se encarga del bajo y los teclados, además de meter voces junto a los
invitados en este corte Jeff Adams y
Kory Meyers. Siguen por la misma
senda pero con más ritmo y brillo en la dinámica “Fighter” sencilla y pegadiza
con su estribillo melódico y con la participación a la batería de Jimmy Flup.
Se acercan más al A.O.R. en otras
composiciones como la brillante “Young Again” de ritmo optimista, clara melodía
vocal y guapo contraste de rasgueos acústicos y eléctricos creando una bonita
ambientación con buenas subidas de tono el estribillo para darle más fuerza y
llegada. Continúan con la más relajada pero no menos intensa “I Don’t Know Why”
donde parecen rememorar su etapa en Giant
con la guitarra de Roth resaltando
junto a la voz de Brock dejando
matices potentes y suaves alcanzando un sugerente estribillo, como sucede en la
brillante “My City” con un preciosista punto nostálgico pero para nada ñoño, rematado
con un solo de guitarra muy a lo Journey,
haciéndola de lo más destacado del disco.
Los momentos más relajados los
encontramos en el medio tiempo “If That’s What It Takes” con la voz destacando
sobre una instrumentación más discreta, creciendo en altura e intensidad en la emotiva
balada “Distant Voices” con notable labor coral y con el aporte al piano de Kary Baddour, pero sin eclipsar su
vibrante guitarra de nuevo en onda Neal Schon.
Se completa el trabajo con la
igualmente tranquila “Never Givin’ Up” donde mandan sus profundas melodías de
voz bien apoyadas por unas cuidadas guitarras y teclas con la participación de Phil Bennet, llegando a un intenso
crescendo final para elevar la nota de un buen tema, dentro de una media más
alta para este interesante disco que supongo agradará a los seguidores de sus
creadores y de las bandas citadas.
Mariano Palomo
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