(Frontiers Music)
Y este último no iba a ser menos,
siguen explotando ese sonido sólido y trabajado que no deja de lado la melodía
y en el que, en mi opinión, abusan un poco de los sintetizadores, creo que hay
momentos en los que se agradecería menos saturación y más naturalidad. En
cualquier caso siguen mostrando una gran talla compositiva y una tremenda personalidad
que quedan reflejadas desde la misteriosa inicial “When God Take a Day Off” con
una nítida melodía de voz y guitarra creciendo embaucadora mientras se rasga en
riffs potentes entre la técnica pegada de Allan
Tschicaja y la sólida pulsación de bajo de Rene Shades.
Siguen mostrando poderío con el
tema título “Kingmaker” de ritmo alto y pesadas guitarras aligeradas por un
envolvente estribillo coreado creando una dramatizada y melódica ambientación
con un discreto de teclados en segundo plano, como sucede en la hard melódica “Face
The World” con Atkins mostrando sus registros más seductores rompiendo en un
gran estribillo que se queda a la primera junto a unas brillantes guitarras, de
lo mejorcito del disco.
Vuelve a endurecerse el sonido
con la pesada “Humanize Me” que sin abandonar la melodía resulta más densa e
intrigante con ese exceso de sonidos sintetizados al que me refería al
principio haciendo que brillen menos las guitarras, mejorando en el precioso
medio tiempo “Last Beauty On Earth” con un preciosista solo de Hammer, que se muestra más enérgico en “Bull’s
Eye” dejando un punzante riff que se calva entre su buen ritmo que engancha con
facilidad por su brillante melodía vocal.
Más fiereza en la actual “King Of
Here and Now” con la base rítmica muy marcada y algo machacona matizada por
unos correctos arreglos de teclados y guitarra que desbocan por momentos para
volver a atemperarse, saturándose un poco de nuevo en la más relajada “Heaven’s
Little Devil” en la que sobresalen sus cuidadas voces dotándola de cierto
atractivo, antes de caer en el intrigante inicio de “Civilized Monsters” que
rompe luego agresiva y rotunda sobre unas pesadas guitarras y un descarnado
grito de Atkins, resultando bastante
teatral intercalando partes muy melódicas con otras más duras, marca de la casa.
Para el final quedan dos cortes
más actuales pero igualmente reconocibles, la oscura “Sickening” de densa
rítmica dinamizada por el trabajo de teclados que resalta sobre sus cambios de
ritmo, resultándome de nuevo algo excesivos en la cumplidora “Was That What You
Wanted” que me suena algo artificial a pesar de su versátil propuesta vocal que
se rasga por momentos. Cierre correcto para un buen disco, con momentos
brillantes y que sigue manteniendo a Pretty
Maids en un lugar destacado dentro del hard & heavy europeo.
Mariano Palomo
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