(Provogue / Mascot Label Group)
Ahora, junto al propio Dunlop, al bajista y teclista Steve Skingley y al batería Paul Delong se han sacado de la maga un
completo y atractivo trabajo como Rik
Emmett & RESolution9 en el que hacen un recorrido desde el hard
melódico al blues, pasando por soft jazz o el progresivo más asequibles. Un
intenso y variado trayecto para el que cuentan además con algunos buenísimos
compañeros de viaje que iremos detallando más adelante.
El comienzo es magnífico, con dos
fantásticos temas ofreciendo su vena más comercial y pegadiza pero sin
descuidar su característica pulsación y clase. Así “Stand Still” tiene un rollo
tremendo con su ritmo blues sureño marcando las guitarras que echan humo junto
a una gran melodía de voz quedando de lo más resultona. A esta le sigue la no
menos interesante “Human Race” en la que aparece el primer invitado, nada menos
que el guitarrista Alex Lifeson
(Rush) que aporta la acústica de doce cuerdas a un tema lleno de encanto que
nos transporta a los sonidos primer disco en solitario de Emmett “Absolutely”
(1990). Lifeson repite junto al
cantante James LaBrie (Dream
Theater) en la más pesada “End Of The Line” que muestra unos prolongados desarrollos
de guitarra profundos y matizados con un expresivo registro vocal que se rasga
por momentos, siendo mucho más suave en la envolvente “I Sign” arrullando con
una lograda combinación de tonos vocales que suben por momentos creando una
bonita ambientación sinfónica.
Con “My Cathedral” continúan la
línea relajada pero mucho más cercana al blues-soul con unos ligeros toques de
órgano que casan perfectamente con la delicada voz de Emmett envuelta de unos coros que aportan espiritualidad y calma a
esta preciosa pieza. Sin abandonar el blues relajado, pero esta vez en su vena
más tórrida nos deja “The Ghost of Shadow Town” tremendamente expresiva en sus
arrastradas guitarras y en su atormentada voz, remontándolo con un pedazo de
solo de guitarra a lo Meniketti.
Sensualidad y clase en esta misma
línea con “When You Were My Baby” dando más protagonismo al órgano antes de
explayarse de nuevo con la guitarra en su extenso final haciendo un fade out
que parece no tener fin. Como contraste nos encontramos a continuación con “Sweet
Tooth” mucho más ligera y breve rozando terrenos de A.O.R.-New Age recordando a
alguno de sus trabajos intermedios, para sorprender luego con la enérgica noventera
“Heads Up” hard melódico animado y sencillo con llegada que podría cuadrar perfectamente
en grupos más jóvenes, llegando luego a la suave electroacústica “Rest Of My
Life”, igualmente sencilla y accesible.
El colofón lo pone “Gran Parade”
para la que cuentan con el bajista Mike
Levine y con el batería Gil Moore,
completándose el trío mágico de Triumph
para crear una encantadora composición llena de elegante sentimiento donde
lucen sus aterciopeladas melodías dentro una ambientación suave, resultando un
excelente cierre para este disco rico y variado en sus temas y pleno de clase
en sus intérpretes.
Mariano Palomo
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