(UDR GmbH)

En cualquier caso ocho años
después este nuevo disco mantiene básicamente las señas de identidad del
primero pero con un giro algo más contundente y actual, algo más germanizado en
cierta manera, recordándome más a los últimos Jaded Heart o en menor grado a Pink
Cream 69. Puede que algo de culpa de esta vena más alemana tenga que ver
con el cambio de compañía discográfica, ahora con la teutona UDR, y sobre todo
con la participación del productor Sasha
Paeth (Avantasia, Epica, Virgo).
Hay algo que me ha llamado la
atención y que no recordaba que era el parecido en ciertos giros y tonos de la
voz del cantante del grupo Dale Radcliffe
con la de Johan Fahlberg (Jaded
Heart), algo que queda de manifiesto en el inicio con la potente y afilada “The
Core” que abre el CD a ritmo alto con una curiosa afinación y una melodía vocal
rotunda que sobresale entre las guitarras de Charles Staton y Andrew
Mewse, y sobre la cumpidora base rítmica de Scott Jordan (bajo) y Kev
Tonge (batería). Sigue la misma línea aunque con un grado más de pegada y
melodía la pegadiza “My Blood”, más cercana a Pink Cream 69 dotada de una buena aportación coral con fuerza y
clase incluso con algún toque agresivo y agrio, que desaparece en la más
relajada “Kiss Of An Angel” de estribillo claro y nítidas guitarras actuales,
ligeramente apoyadas por las teclas en segundo plano de Hennig Waner.
Más ritmo y pegada en “Take It To
The Grave” de nuevo con los coros resaltando tremendamente melódicos junto a
una mayor presencia de teclados dulcificando los punzantes riffs que la marcan,
relajándose luego en el trabajado medio tiempo “No Place For Heaven” con la voz
de Dale doblada por otra femenina de
gran nivel creando un intenso dueto acercándose al rock melódico de bandas como
House of Lords y siendo de lo más
desatacado del disco.
Tampoco está nada mal “Burn Hell”
también bastante melódica a ritmo medio con una línea vocal profunda
envolviendo su instrumentación aligerada rematando en un buen solo de guitarra,
para acelerarse y endurecerse después en la cruda “Halo” la más heavy del disco
con una base machacona y unas guitarras de distorsión alta suavizada en el
estribillo, dinamizándose y mejorando con “Catch Me If You Can” enganchante con los
teclados tomando más protagonismo aportando un efecto espacial dentro de un
ritmo ligero y asequible muy melódico en voces y guitarras.
Con “No Man’s Land” caen en un
ritmo cadencioso y plomizo de ambientación atormentada que no me dice prácticamente
nada, subiendo el nivel en la áspera “One In a Million” otra vez con los
teclados sintetizados sobrevolando sus riffs duros pero sin perder peso en su
melodía a pesar de lo agrio de la voz de Dale,
que se aclara resultando mucho más cálida y versátil en la balada final “Stranger
Than Fiction” que cierra con sentimiento este buen disco que, sin llegar a
seducirme tanto como el primero como Crimes
of Passion, si me parece suficientemente interesante como para prestarle
atención.
Mariano Palomo
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