miércoles, 25 de febrero de 2015

TOPO “El Ritmo De La Calle”


(The Fish Factory)
Después de su reentré en 2010 con “Prohibido Mirar Atrás”, uno de los grupos más entrañables y significativos de nuestro rock siguen en la brecha ofreciéndonos nuevo material. En este caso y bajo el ilustrativo título de “El Ritmo De La Calle”, Lele Laina (voz y guitarra) y José Luis Jiménez (voz y bajo) vuelven a parir un puñado de buenas composiciones marca de la casa aunque con un sonido algo más hard rockero y contundente. Acompañados por Luis Cruz a la guitarra, que se mantiene desde la anterior entrega, y por otro clásico como es José Martos (Barón Rojo, Niagara, Atlas) a la batería, redondean una sólida formación que ya lleva algún tiempo pateándose los escenarios y que tiene intención de seguir haciéndolo para presentar en sociedad a su nueva criatura.
Como decía el título de este nuevo disco de Topo resulta bastante ilustrativo de lo que nos vamos a encontrar, comenzando por el propio tema homónimo que le da apertura, cien por cien clásico rock español al estilo Laina-Jiménez, con una reivindicativa e inteligente letra llena de mensaje adornada por unas muy curradas guitarras que brillan junto a sus melodías de voz dobladas y a su enérgica base rítmica. Una energía que se prolonga en la más hard “La Máquina Del Tiempo” con una clara melodía de guitarra típicamente Cruz que me recuerda a su trabajo en “Ciudad De Músicos” con la potente voz de Jiménez más atemperada, sobre todo en su encantador estribillo.
Giro más setentero con “Blues Del Cristal”, insinuante pieza cadenciosa pero con filo donde se marcan con intensidad su bajo y unas incisivas guitarras, que se dinamizan para dar forma a la pegadiza “It’s Been A Long Time (El Murillo)” que en clave autobiográfica recuerda sus primeros tiempos insertando títulos de clásicos del rock dentro de un sonido en el que el influjo de sus admirados Beatles queda patente sobre todo en sus voces dobladas en inglés en el estribillo.
Divertida y curiosa me resulta “Tarzán (J.W. El Unico Tarzán)” perfectamente reconocible en su sonido con un ritmo blues marcado por el bajo y voz de José Luis mostrando su admiración por el actor Johnny Weissmuller, para continuar en clave nostálgica con “Canciones Secretas” medio tiempo con unas bonitas guitarras electroacústicas y unos buenos coros en el que Lele relata la historia de las noches de grabación en los estudios Kirios de Alcorcón hace unos años, algo que sabemos gracias a que en el libreto se explica brevemente la temática de las letras de cada canción, encajando perfectamente en la imagen de cómic de todo el arte gráfico de Fernando Nanderas que una vez más ha realizado un gran trabajo.
Más o menos en esa misma línea nos dejan la romántica “Llueve En La Ciudad” con una acústica rasgada bajo los desarrollos eléctricos y la fantástica melodía vocal que encabeza Jiménez que pasa a segundo plano para que luzca más Laina en “El Currante Luchador” de nuevo un corte reivindicativo en clave de rock clásico donde expresan su admiración por la clase obrera pero con gracia y buen gusto para hacer llegar con claridad su mensaje sin necesidad de caer en el pataleo ni las descalificaciones facilonas tan habituales en otro tipo de bandas.
Las voces son de nuevo protagonistas principales en la animada “El Guitarrista De Hamelin” quedando bastante divertida, para volver a territorios más cercanos al blues con “Esta Casa No Es Un Hogar” en la que José Luis forma tándem rítmico con su hijo Dani que se encarga de la batería para sostener su melancólica melodía, que se torna bucólica en “La Dama y El Juglar” de ambientación medieval básicamente acústica con aportes eléctricos donde Lele recita una bonita historia de amor (como bien indican podría pertenecer perfectamente a “El Libro Del Buen Amor” del Arcipreste de Hita), y en la relajada “La Cosecha” que me recuerda un poco a su tiempos de Asfalto y a su “Isla Del Amor” pero no tan hippie.
El cierre lo ponen otros dos temas con clara temática social, la ligerita “Vagabundear” donde abordan la emigración de nuestros jóvenes, contando con José Marshall (Marshall Monroe, Casablanca) a la batería, y la más contundente “Policías y Ladrones” guitarrera y pesada para dar mayor potencia a su mensaje tan claro como su título.
Otro muy buen disco de unos clásicos que en absoluto están fuera de onda, muy al contrario creo que están en una gran forma y perfectamente vigentes tanto musical como conceptualmente, contando y cantando cosas con tino y elegancia. Siempre Topo.
Mariano Palomo

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