(Frontiers / Mastertrax)
No creo que a estas alturas haya mucha gente que dude que Eclipse es,
junto a H.E.A.T, la banda más
interesante y en forma del hard rock melódico de la actualidad. Siempre apoyados
en el descomunal talento de Erik
Martensson, bien acompañado por el cada vez más competente Magnus Henriksson a la guitarra, y por
la explosiva pegada del batería Robban
Back, completada por la eficaz labor del teclista Johan Berlin, han vuelto a sacarse de la manga un señor disco que
bajo el título de “Armageddonize” irrumpe
como buenísimo sucesor del magistral “Bleed
& Scream” que acabó de ponerles en el mapa a nivel mundial.
Repitiendo los elementos de su
predecesor, con una base compositiva clásica pero con unos elementos
contemporáneos en su sonido que hacen que no se parezcan excesivamente a nadie,
jugando acertadamente con las distorsiones crudas y con los teclados actuales
pero siempre con la melodía barnizándolo todo, con un trabajo vocal cada vez
más elaborado, han creado otra remesa de composiciones que acaban por ser
enormemente adictivas y totalmente reconocibles.
Así arrancan de forma enérgica con
“I Don’t Wanna Say I’m Sorry”, ritmo alto, riffs marcados, estribillo claro y
potente, coreo con cuerpo, melodía pegadiza, vamos, puro Eclipse. No le va a la zaga “Stand On Your Feet” con unos teclados scandi
siglo XXI más presentes dentro de una rotunda propuesta rítmica marcada por su
calidad y pegada, que se mantiene en la embaucadora “The Storm”, algo menos inmediata pero
igualmente efectiva con sus envolventes coros y estribillo. Se relajan un poco
para ambientar el inicio de la guerrera “Blood Enemies” rompiendo luego
poderosa y que como sucediera en “Bleed & Scream” con “Battlegrounds” destila
un embriagador aroma Thin Lizzy
inundándola de esencia y grandeza convirtiéndola en una de mis favoritas del
disco como no podía ser de otra manera.
Otra de las que más me ha
enganchado ha sido “Wide Open” un corte claro y pegadizo, duro en su base pero
de enorme melodía vocal y que sin complicarse mucho instrumentalmente deja un magnífico
regusto, al igual que la dinámica “Love Bites” que tiene pinta de funcionar muy
bien en directo con su ritmo casi frenético por momentos llevado casi al
paroxismo en su agresivo estribillo, o que la sencilla “One Life-My Life” más
melódica y actual con unos originales arreglos que completan su ritmo
entrecortado.
Muestran una cara más dramática y
sombría en “Live Like I’m Dying” corte muy melódico pero con una
instrumentación algo densa y suave que va creciendo con un rollo descarnado e
intrigante que desaparece por completo para dar paso a la encantadora “Breakdown”
que en clave hard country resulta de lo más adictiva con unos sonidos
fantásticos de guitarra acústica-slide que la adornan marcando su venenosa
melodía central, completándose el disco con otros dos potentes cortes como son “Caught
In The Rush” que bien puede resumir la filosofía del grupo con ese poderío
melódico que remata Magnus con un
incendiario solo, y “All Died Young” cañero y directo con la voz de Erik arrogante poniendo el cierre.
Buenísimo disco que supone un
paso más en la cada vez más importante y consolidada carrera de estos chicos que
no paran de crecer y de los que podremos disfrutar en directo dentro de unas
semanas, para no perdérselos.
Mariano Palomo
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