(Rock Estatal Records)
Que Jorge Salán es un apasionado del blues es algo que hace tiempo que
sabemos los que seguimos su trayectoria musical desde que hace década y media
apareció en nuestra escena musical. Un sentimiento bluesero que con los años ha
ido acentuándose y que, sin dejar de lado su faceta más hard rockera, por pura
evolución natural sale a relucir después de ahondar en las raíces de la música
y del instrumento al que el madrileño ha entregado y sigue entregando su vida. Por
lo tanto, era cuestión de tiempo que nos ofreciera una grabación basada en el blues
rock.
Después de la gran labor de
producción y promoción llevada a cabo con su documental “No Looking Back” en el que se recoge buena parte de la intensa y
ya bastante extensa carrera de Jorge, y tras haber funcionado en directo tocando
blues como power trío junto a Edu Brenes
(batería) y Danny Growl (bajo),
ahora encuentra el hueco oportuno para regalarnos una colección de deliciosas versiones
que seguramente a muchos sorprenderán, pero no tanto a los que ya hemos tenido
el placer de disfrutarlas en directo.
En este trabajo, además de la
impecable ejecutoria instrumental tanto de Jorge
como de sus Jaylwalkers, el propio Edu,
Juan Carlos Gibaja (bajo) y Pau Alvarez (teclados), me gustaría
destacar la labor de Alberto Toledano
que se ha encargado de grabar algunas pistas de bajo, batería y guitarra
adicionales, completando una brillante producción en la que encajan
perfectamente las covers que componen el CD.
En cuanto a la voz creo que Salán se encuentra más cómodo en estas
tesituras más relajadas, pero también más apasionadas, parece que transmite más
sentimiento, aun sin ser composiciones propias, que cuando encara temas hard
rockeros, sin que esto quiera decir que en estos últimos no ponga toda la carne
en el asador, simplemente creo que en esta nueva faceta le sale más natural.
Pero como siempre busca la excelencia y dar un poco más, ha invitado para
acompañarle en estas tareas vocales a tres cantantes de alto nivel que
enriquecen el resultado final de la obra, y que iré detallando más adelante.
El disco se abre con la
polvorienta y adictiva “Who’s Been Talking” blues de carretera firmado
originalmente por Chester Arthur Burnett
en la que Jorge despliega su depurada técnica
recorriendo el mástil de su guitarra con un rollo muy eléctrico, que
se prolonga en la misma línea con la tórrida “The Hunter” de Booker T. and The MGs marcando sus
notas con fuerza desde el bajo de Juan
Carlos, hasta llegar a la emotiva “The Thrill Is Gone” de Rick Darnell y Roy Hawkins en la que el sentimiento inunda todo con una
interpretación magistral envuelta por la calidez de las teclas de Pau y con unos momentos de guitarra sencillamente
estremecedores.
Tras esta primera tanda de temas
nos encontramos con una sorprendente “Teacher” de Jethro Tull que rompe la senda marcada, corte más festivo y
sinfónico, en el que la flauta original de Ian
Anderson es sustituida por teclas y guitarra, y su voz maravillosamente
suplida por la de Gema Vau
(Biosfear, Retro B Soul), resultando de lo más atractivo y original. Vuelta al
blues más puro con “Stop Breakin’ Down Blues” pieza del maestro Robert Johnson en la que Jorge alterna su voz con la más rasgada
de Jimmy Barnatán (más conocido por
su faceta de actor en “Los Serrano” y
en “Torrente”) creando un vacilón
dueto en el que la guitarra se inserta con un enorme feelin’ resultando de las
más divertidas del disco.
De maestro a maestro y tiro
porque me toca, después de Robert
Johnson toca recordar a John Mayall
con la insinuante “So Hard To Share” ejecutada con tino y elegancia, y luego a
un tal Jimi Hendrix al que se
recuerda con la nerviosa “Fire” en una versión algo aligerada que cuenta con la
participación de Rebeca Rods (Black
Light Gospel Choir) que le da un toque muy especial y curioso con su sensual
voz que se desgarra en algunos momentos sonando como una especie de cruce entre
una moderada Janis Joplin y Kate Pierson (The B52’s) creando un
curioso resultado final.
El cierre no podía ser más
entrañable y acertado con una enorme “The Sky Is Crying” compuesta en 1959 por Elmor James y que Salán toma prestada vía su idolatrado Gary Moore para honrarla con una interpretación a la altura de los
homenajeados erizándonos la piel al sumergirnos en las raíces del blues
más auténtico. Un broche de oro para 33 minutos de puro deleite musical que
acaban por hacerse cortos.
En definitiva, un señor disco,
variado, brillante y lleno de sentimiento que como pegas puede tener
que sus composiciones no son originales y que puede pillar a contrapié a los
seguidores más heavies o hard rockeros de Jorge
con lo que eso conlleva de pérdida de identidad, pero que creo que sirve
perfectamente para disfrutar de otra faceta de uno de nuestros mayores talentos
ofreciéndonos una buena muestra de donde viene todo, porque, sin el blues sería
imposible entender el rock y toda su evolución posterior, luego ya es cuestión
de gustos. Yo personalmente lo he disfrutado enormemente.
Mariano Palomo
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