Hace tres años los seguidores del
rock melódico nos llevamos una gran alegría con el reencuentro de la vocalista Gaby De Val y del guitarrista Alfonso Samos encabezando The Val, un nuevo proyecto que les
volvía a unir después de haberles perdido la pista hace un montón de años
cuando militaban juntos en Yin Yang
a finales de los ochenta, y que se vio materializado en un fabuloso trabajo
discográfico como fue “Back”.
En esa reunión estaba también el
teclista David Erik Criado, que
ahora ya no está en la banda por motivos laborales que le han llevado fuera de
España, siendo sustituido para la grabación de este segundo disco por Tony Ortega, algo que en cierta medida
se deja notar, no porque Tony lo
haga peor ni mejor que Erik, pero creo
que, aun siendo fundamental en el sonido del grupo, se aprecia más protagonismo
de las guitarras, algo que algunos demandábamos observando la diferencia que
había del sonido del grupo en directo respecto al del primer disco. Permanece
en el grupo el bajista gerundense Alex
Morell, que también se deja notar más, formado una más que solvente base
rítmica junto al nuevo batería Rubén
Berengena.
De nuevo con Alfonso Samos a los controles ayudado por Oscar Marañón, y con esas pequeñas diferencias en su sonido siempre
con el A.O.R. como referente pero ahora algo más rockero, este segundo disco
mantiene la línea y esencia de su predecesor, rock melódico elegante, fino,
nítido y sobre todo con mucho encanto. Por supuesto resulta imposible
abstraerse al magnetismo de la preciosa y versátil voz de Gaby que muestra unos matices y registros que encajan perfectamente
en la trabajada instrumentación que proponen cada una de sus composiciones.
Se abre el disco, tras la breve intro
que le da título, con la luminosa y pegadiza “Wish You All The Best”, con un
estribillo ligero y ultra melódico doblado por una voz en segundo plano
empastando con unos bonitos dibujos de teclas y guitarra. Continúan con la algo
ingenua “Crusaders” (nada que ver con Saxon), igualmente pegadiza pero con un
ritmo más envolvente sobre una base de A.O.R. clásico y con unos preciosos arreglos
de teclados y guitarra que me recuerdan a los primeros Marillion. Aumenta la carga evocadora y fabulística en la
espectacular “Roses And Chains”, dejando un aroma a Candice Night con unas enormes melodías vocales que arropan su
mística ambientación pero también con la guitarra haciéndose notar en clave Blackmore sonando todo muy compacto.
Meten más ritmo rockero en “Up To
Where U Are” con una mezcla de arrogancia y dulzura en la voz de Gaby que se complementa con los aportes
de guitarra más punzantes de Alfonso
que se marca buen solo con mucho feelin’, que se mantiene aunque en clave acústica
en la delicada “She’s Dumb And Blind” que va cogiendo ritmo sobre sus rasgueos
y toques de piano junto a unos suaves arreglos de percusión, aumentando si cabe
en la intimista “Stardust” que con su aire soul y sus apasionadas armonías
vocales hace que nos acordemos del clásico “Stop” de Sam Brown.
Vuelta a territorios más
puramente A.O.R. con temas como la pegadiza “My Heart Is Beating”, potente y
llena de intención, aparentemente sencilla pero con muchos detalles emboscados,
o la optimista “I Saw Him First” de ritmo alegre igualmente salpicado de buenos
arreglos y pinceladas instrumentales con ese regusto del A.O.R. U.S.A. más asequible
para todos los públicos. Se vuelve a suavizar el ritmo que no la intensidad con
“Breathe Me In” aportando preciosismo y pasión a partes iguales, para continuar
envolviéndonos después con la atormentada “Wreckage Of My Heart” dotada de
cierta carga teatral creando de nuevo una atmósfera evocadora.
El cierre lo pone “Borderline”
una suave delicatesen con la voz de Gaby
tremendamente expresiva y aterciopelada acariciando junto a unos bonitos
punteos acústicos de Alfonso,
sirviendo como relajado colofón a este fantástico disco que debería confirmar a
The Val, si no lo son ya, como una
de las mejores bandas españolas de A.O.R. de la historia.
Mariano Palomo
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