(Frontiers Music)
Esta evolución queda patente con
la inicial “I Know I’m Crazy” un corte oscuro y algo deprimente rodeado de una
densa atmósfera creada a base de plúmbeos riffs entre los que se reitera su
desganado estribillo, desde luego no parece lo mejor para invitarnos a seguir
adelante. Pero afortunadamente a continuación nos encontramos con un tema mucho
más brillante como “Ten Miles Wide”, hard ochentero lleno de pegada con unas
buenas melodías de voz junto a las potentes guitarras de Erik Ferentinos rompiendo sobre la cruda base rítmica que forman el
bajista Matt Thorn (Rough Cutt,
Jailhouse) y el batería Greg D’Angelo
(White Lion).
Giro al hard más polvoriento con
la molona por su riff sureño “Shut Down Baby” aunque acaba por resultarme algo
monótona a base repetirlo junto a su estribillo sin apenas cambios hasta un
incisivo acelerón final, quedándoles mucho más macarra la sucia y desafiante “Dead
Roses” que me recuerda mucho a los primeros L.A. Guns mezclando sleazy arrastrado con actitud punk, sin demasiado
brillo pero con mucho rollo, como sucede con la más divertida y simple “Lollipop”
que sin ser nada del otro mundo resulta graciosa con su ingenuo estribillo
reiterado.
Más seria se pone la cosa en “Hit
Me With The Bullet” con unas guitarras pesadas e intensas entre sus cortantes golpes
de batería antes de llegar a su vacilón estribillo sleazy, bajando luego de
ritmo en la floja “Rain” que apenas aporta un estribillo claro lanzado al aire
con fuerza pero sin demasiada gracia, empezando a mejorar de nuevo con la más dinámica
“Want Too Much” en la que la voz de Pearcy
sobresale desafiante pareciendo que va a reventar aunque tampoco acaba de
romper quedándose a medias.
Con la original electroacústica “Waht
Do Ya Think” recuperan la línea western con guitarras acústicas y slide quedando
bastante resultona, para pasar después al hard guitarrero de “Jamie” corte muy Ratt con unas vibrantes guitarras de Ferentinos brillando entre su buen
ritmo acompañado de coros en el estribillo, subiendo aún más de intensidad con “I
Can’t Take It” clara, insinuante y pegadiza pieza de lo más destacado del
disco.
Un disco que se cierra con la
pesada “Passion Infinity” cargada de unas guitarras bastante heavies pero con
un sonido mate sin apenas detalles hasta llegar a un buen solo, antes de poner
el colofón con la “Summers End” bonita canción de pausados rasgueos
electroacústicos con reminiscencias Zeppelin
dejando un elegante y evocador sabor de boca para completar un disco
entretenido, algo irregular, pero que muestra en bastante buena forma a uno de
los vocalistas más personales del hard rock americano de las últimas cuatro
décadas a la espera de escuchar su próximo disco junto a Warren DeMartini y Juan Croucier
como Ratt, o como les deje llamarse Bobby Blotzer.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario