(Frontiers Music)
El resultado final es un disco
que, sin acabar de ser excesivamente brillante ni asequible en una primera
aproximación a las canciones, sí que encierra un buen trabajo tanto compositiva
como interpretativamente teniendo que darle unas cuantas escuchas para apreciar
todo lo que encierra. Pero si hay algo que llama la atención a la primera
escucha es la solidez de la base rítmica formada por el bajista Colin Parkinson y por el batería Phil Beaver, de clara inspiración Zeppelin, sobre la que los guitarristas
Wil Taylor y Andreas Eriksson desarrollan elaborados riffs y solos que por
momentos pueden resultar algo pesados.
Abren de forma insinuante con “Until
I Die” arrancando con un sonido de órgano muy Purple que desemboca en una base gorda y potente, algo densa, entre
la que se abre paso la poderosa voz de James,
recordándome ligeramente a Bruce
Dickinson, acabando por embaucar con sus guitarras, que se aceleran en la
briosa “Breakaway” marcada por su buena melodía de voz rompiendo en un claro
estribillo resultando la más directa del disco, salpicada de nuevo de unos
toques de órgano que la completan con acierto.
Vuelven los ritmos más
cadenciosos y marcados a lo Zeppelin
con “High Flying Gypsy” dentro de una ambientación evocadora con expresivos y
tórridos aportes de voz y guitarra, que toman un cariz aún más sensual en la
bluessy “Holy Water” que envuelve de calidez su profundo desarrollo vocal,
repuntando con intensidad en su enérgico solo, y en “Warning” más dura y
rockera con unas guitarras bastante dinámicas, una tremenda pegada y algo de
teatralidad a lo Uriah Heep en su
melodía de voz.
Ralentizan de nuevo el ritmo con
la electro-acústica “Bleed For You” pesada e intensa expresando desgarro y
sentimiento pero sin excesiva llegada perdiéndose un poco en su denso sonido,
mejorando algo con la intrigante “Girl Got a Gun” dotada de un buen ramalazo
sureño en sus guitarras dentro de una línea hard blues aligerada por su buena
melodía vocal, como sucede en la más dura y arrogante “You’re Mine” rasgándose
y subiendo competentemente.
Con el tema título “Inglorious” nos
envuelven de nuevo en sus ambientaciones zeppelinescas dejando un elaborado
trabajo de guitarras con interesantes detalles contrastando con la poderosa voz
de James, bajando notablemente el
ritmo en el inicio de “Unaware” que va creciendo sobre una cuidada melodía
vocal asaeteada por unos puzantes ataques guitarreros dentro de su pesada
cadencia rítmica.
Llegamos al final con la balada
básicamente acústica “Wake” que supone un sentido cierre rematado por un bonito
solo eléctrico de Eriksson para
dejarnos un buen sabor de boca después de cincuenta minutos de buen, aunque
algo denso por momentos, hard rock clásico.
Mariano Palomo
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