(AFM Records)
Sus discos suelen ser
entretenidos, sin demasiados alardes ni adornos, tirando de veta hard sleazy
básicamente, haciendo de sus escuchas un divertido ejercicio de macarreo basado
principalmente en riffs sucios y estribillos coreables con la calidad y
versatilidad suficientes para no resultar excesivamente primarios. De hecho en
este “Eat Me” encontramos ramalazos de blues, psicodelia o power pop que
enriquecen su sonido crudo y guitarrero.
Pero estos detalles no esconden
la esencia gamberra y garajera que llevan dentro estos cinco elementos que encuentran
en la voz de Chad Cherry uno de sus
activos más destacados, con ese timbre medio nasal que por momentos puede
recordar a la de Stephen Pearcy
(Ratt) encajando entre los potentes ataques guitarreros de Adam Arling y Bryan
Wilkinson, como empezamos a comprobar en la arrogante “Bloodthirsty”, que
ataca directa sobre la sencilla pegada del batería Nathan Arling que forma base rítmica junto al bajista Danny Smash.
Siguen dentro de esa línea la
potente “Here We Go Again” de estribillo claro y poderoso rodeado de unos coros
susurrantes que le dan un toque de sensualidad contrastando con sus rasgadas
rítmicas, la más lisérgica “Voodoo Woman” marcada por unas animadas palmas junto
a una melodía de voz más oscura y descarnada acompañada de unos originales
detalles de órgano, o la sencilla y efectiva “To Be Treated” áspera y callejera
con bastante rollo.
Flirtean con honky en “Hard To
Get Over (You’re So)” marcada por una sensual y polvorienta cadencia rítmica
incluyendo retazos de pianola y acertadas percusiones, llegando a rozar el rock
sureño en los medios tiempos “Anything It Takes” y “Along For The Ride” con unos
buenos balances de acústica y eléctrica dentro de una ambientación algo
atormentada, como sucede en la balada “Love’s Got Nothing On Me” con la voz de Cherry agriándose pero sonando limpia.
También en clave lenta pero más
moderna y melancólica nos encontramos con “Universe & You” con unos
arreglos un poco artificiales que más que fortalecer debilitan al tema haciéndolo
bastante sosete, al contrario que sucede en “Hot Fudge” con un toque
psicodélico que resaltan dentro de su ritmo vacilón, aunque sin excesivo fuste
musical, como le ocurre a la oscura final “From Hell” que perfectamente se
podían haber ahorrado ya que no aporta más que una angustiosa ejecutoria vocal
dentro de una densa bola rítmica.
Cierre flojo para un disco con
buenos y divertidos momentos, pero irregular en otras fases del mismo.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario