(Frontiers Music)
Después de aquella rotunda irrupción
en la saturada escena hard glam californiana la cosa empezó a decaer para
acabar por desaparecer del mapa hasta una década después cuando publicaron un
segundo disco, “Porn Stars” (1999)
que pasó prácticamente inadvertido, después, algún directo más, refritos de
demos, disco tributo a Kiss y poco
más, eso sí durante este tiempo han actuado en directo tanto en América como en
el resto del Mundo, aunque evidentemente con menor regularidad y congregando
bastante menos público que en sus inicios, y solo con dos miembros clásicos en
sus filas, el inefable vocalista Steve
Summers y el guitarrista Kristy
Majors.
Ahora vuelven con un nuevo larga
duración para recuperar el espíritu festivo y desenfadado de antaño ofreciéndonos
un puñado de temas en la línea de su primer trabajo, tan previsible como disfrutable
para los fieles de la banda. Con un Summers
que muestra buen nivel con su característico timbre de voz nasal siempre bien
acompañado por los coros del ex de la banda Keri Kelli (Night Ranger, Alice Cooper), de Majors, que también se hace cargo del bajo en esta grabación, y del
batería Chad Stewart con el que se
completa la formación en estudio.
Como decía este disco parece la continuación
lógica de aquel ya lejano del 1989, y así tras la breve “S.A.T.A.” a modo de
intro nos encontramos con unas ráfagas de metralleta que nos llevan al riff
crudo y descerrajado de “Feel The Heat”, poderosa en su ritmo y arrogante en su
propuesta vocal, directa y cruda para empezar, metiendo después un rollo más
sleazy y ligero en la contagiosamente divertida “High School Queen” ya
perfectamente reconocible.
También lo son en esta onda la
acelerada “Girls All Over The World” tan simple como efectiva, la no menos
party “We Got The Power” marcada por la sugerente melodía de voz de Summers rodeada de cuidados coros, o la
gamberra “Do Ya Wanna Rock Tonight” con un estribillo clarísimo reiterado, pura
esencia Pretty Boy Floyd rescatada
de esas demos que aparecieron recopiladas por la banda en 2002. La reiteración
de estribillos la encontramos también aunque con un sonido más oscuro en “Run
For Your Life” uno de los cortes más duritos del disco junto a “American Dream”
destacando las segundas voces y la marcada batería de Stewart.
Sigue la fiesta con “Shock The
World” sleazy vacilón y efectivo marca de la casa, al igual que “7 Minutes In
Heaven” sinuosa y nasal con unos coreos ideales para el directo con más llegada
que ritmo, aumentando la velocidad en la pegadiza “Star Chaser” donde brilla Majors junto a unas buenas melodías de
voz, como sucede en la seductora “Paint It On” a tempo medio, completándose el
disco con la menos atractiva “So Young So Bad” que no acaba de romper, y con la
inevitable balada sleazy de manual “We Can’t Bring Yesterday” con las guitarras
acompañadas de delicados arreglos de cuerda empastando con la suave y
atormentada voz de Summers, quedándoles
bastante lograda.
Un disco sin complicaciones, con
temas cortitos, aunque quizá demasiados, ideal para pasar un buen rato, más que
correctamente ejecutado, y con el que Pretty
Boy Floyd parecen recuperar al menos parte del tiempo perdido.
Mariano Palomo
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