(Ice Rain Records / Cargo Records)

La voz de Coggin llama la atención por su crudeza sin llegar a ser
excesivamente agria, manteniendo unas buenas prestaciones melódicas, perfectamente
apoyado en los coros por los más conocidos Steevi
Jaimz (Tigertailz) y Tony Mills
(Shy, TNT), y acompañado por el fundador de la banda Gregg Russell y por Dieter
Schänzer que rasgan sus guitarras con energía y suciedad, pero también con
clase y sentimiento cuando es preciso. En la base rítmica cumplen sin alardes
el batería Jay Graham y el bajista Kim Nielsen.
Todos ellos han creado unos temas
sin demasiadas pretensiones, directos, enérgicos, pero con un sonido lo
suficientemente limpio y equilibrado como para no resultar embarullado, algo de
lo que adolece muchos grupos de este tipo. Así abren con la motera “Lifeline”
de incendiarias guitarras, voz nasal y potente pegada, macarreo de alto octanaje
sleazy a lo L.A. Guns, marcado por
su estribillo claro y sus arrogantes coreos.
Recuerdan más a los citados Crazy Lixx seguidamente con “Dream
Steeler”, corte afilado de deje algo más heavy con unas tremendas guitarras
pero muy melódico en su claro estribillo, como sucede en “Into The Fire” donde
la voz más cazallera de Coggin y sus
desafiantes riffs brillan dentro de una buena melodía pesada, oscureciéndose en
“Under The Hammer”, tema de tempo medio asaeteado por un punzante solo, co-escrito
por el gran Pete Way (UFO, Waysted) trasluciendo
desgarro y atormentamiento aportando su experiencia también al bajo.
Continúan los sonidos sombríos en
la lenta y descarnada “Leaving Me Again”, intensa en su interpretación vocal,
con encanto en sus coros y expresiva en sus suaves guitarras, retomando el
ritmo más callejero y crudo con “No Respect” sucia, arrastrada, descarada, pero
con la melodía presente entre sus matizados acordes de nuevo con Crazy Lixx como referentes, sonando más
americanos después en la quedona “Invasion” con un riff poderoso rasgando su
sinuosa melodía vocal que seduce sin necesidad de subir excesivamente de tono.
Llegamos al final tras una breve
locución que nos lleva hasta “Human Eater” agresiva y rápida pieza de alto
ritmo y distorsión más actual golpeando entre su reiterado y heavy estribillo
resultando bastante pegadiza aunque algo simple, cerrando definitivamente con
“Hunted” más elaborada con unos marcados cambios de ritmo desde un relajado
inicio roto por unas saturadas guitarras casi industriales que luego se tornan
delicadas en un meloso solo, mezclando arrogancia y suavidad todo ello cuidando
la melodía creando un curioso contraste.
Buen disco, entretenido y con
llegada, en el que además de las composiciones de los músicos cabe destacar el
trabajo de los experimentados Neil
Kernon, Mike Fraser y Andy Sneap en labores de producción,
mezcla y masterización respectivamente, para redondear un sonido con una
calidad por encima de la media de los grupos del género.
Mariano Palomo
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