(Frontiers Music)
Comenzando por una suave y
evocadora intro que enlaza con la rotunda “Exit” en las que las guitarras de Oyvind Voldmo Larsen llevan el peso
junto a la compacta base rítmica que forman Miguel Pereira al bajo y Frank
Nordeng Roe a la batería y entre las que se cuelan las melodías de teclados
y la voz de Ole Aleksander Wagenius
que muestra un amplio rango de registros yendo de la fiereza hasta los versos
más suaves, creando un rico conjunto final lleno de fuerza y calidad que nos
hace recordar a los mismísimos Dream
Theater.
Se atempera ligeramente el ritmo
pero sin perder intensidad en la más melódica “In The Hands Of God” trabajando
sus melodías vocales con expresividad y llegada dentro de una instrumentación
más pesada que se aligera con los toques de piano y con un solo de guitarra
claro a tempo medio, volviendo a acelerar en la dramatizada “The Pain I
Collected” matizando su ritmo con golpes de teclados y voces corales que la van
rodeando para crecer con poso y calidad.
Se ponen más tiernos e intimistas
en la arrulladora pero potente “Riven” con una bonita aportación tanto vocal
como instrumental con especial mención para la guitarra de Larsen que se torna más incisiva pero igualmente nítida en la
misteriosa “C’est La Vie” con una línea central muy melódica pero salpicada de
riffs pesados que la dan más cuerpo, acercándose al hard melódico en la más
ligera “The Eye In The Sky” logrando un acertado equilibrio de fuerzas entre la
expresiva voz de Wagenius y el resto
de la banda recordándome un poco a los italianos DGM.
Mucho más cañera y pesada es “Arrhythmia”
metal progresivo con algún elemento power en su base rítmica y con un toque
épico que puede recordar a los primeros Angra
pero con más arreglos de teclados sintetizados resultando bastante original,
suavizándose de nuevo con la agradable “In My Will” desarrollada a ritmo medio,
al igual que la más sinfónica “Unaffected Love” en la que los teclados se
imponen a las guitarras creando una ambientación que crece sobre la atormentada
interpretación a lo James LaBrie de Wagenius, antes de cerrar
definitivamente con las lúgubres teclas de su breve “Outro”.
Disco bastante completo,
entretenido y bien ejecutado, con temas intensos pero no excesivamente
enrevesados para lo que suele ser habitual en las bandas de progresivo,
haciendo que pueda llegar a un público más amplio.
Mariano Palomo
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