(Frontiers Music)

Todos ellos han dado forma a un
excelente debut discográfico homónimo en el que encontramos referencias
estilísticas a las bandas de sus protagonistas en sus mejores versiones,
aunando elegancia, melodía, y fuerza, sin ofrecer desagradables e innecesarias sorpresas
como sucede en otros proyectos de este tipo, bendita previsibilidad en este
caso. Con un sonido claro y cálido en el que se nota la mano de Voss, pero teniendo a los primeros Bonfire como mayor referente,
recordando por momentos los mejores tiempos de discos como “Fireworks” o “Point Blank”.
Así la personal voz de Lessmann brilla dentro del ritmo vivo
de la inicial “All The Way” cuidando melodías con unos buenos coros doblando en
su estribillo y con unas magníficas guitarras en las que Boebel deja el sello Frontline,
continuando con la optimista “Blue Dog” con mayor aporte de teclados
perfectamente empastando con una enorme melodía vocal dándole un aire A.O.R.
que atrapa con elegancia, subiendo la fuerza de las guitarras en la eficazmente
embaucadora “Someday” tremendamente expresiva sin perder un gramo de melodía
con un espectacular estribillo.
Se mantiene la intensidad aunque
con un ritmo más cadencioso en la más sombría “Don’t Touch the Night” que,
aparte de por el título, recuerda mucho a Bonfire,
siguiendo sin correr mucho en la pausada “Renegade” con una sólida base rítmica
empujando a su motivante estribillo apoyado por unos apropiados teclados
dándole un ligero toque épico, tomando una senda más rockera en la reiterativa “Flying
High” con unas rítmicas muy marcadas rematadas por un incisivo solo de guitarra.
Llegamos al momento más romántico
con la intensa balada “Since You’re Gone” destilando desamor en una gran
interpretación de Lessmann mostrando
que todavía puede transmitir fuerza y sensibilidad con su voz, para luego
rasgarla y endurecerla sin perder nada de clase en la hard “The Won’t Come Back”
bien apoyado por Michael Voss que
deja aún más su impronta en la arrogante y compacta “Frontline” sobre todo con
unos coreos enormes llenando su melodía vocal junto a unas potentes guitarras.
Para el final quedan otros dos
buenos cortes como son “We Both Had Our Time” desarrollándose sobre un punzante
riff y una compacta base rítmica sobre la que brillan unas voces llenas de
intención, y “Why” en la que su estribillo ganador sobresale a ritmo medio
siendo coreado con fuerza y emotividad, suponiendo un más que correcto cierre
para este disco que debería agradar a los seguidores del mejor hard melódico
alemán de la mano de algunos de sus mejores representantes.
Mariano Palomo
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