(Provogue)
Empezamos el viaje con “Stranger
Blues”, blues rock oldie lleno de rollo y ritmo recordando a los Allman Brothers con unas guitarras que
se elevan sobre una base rítmica algo baja pero con suficiente presencia y
calidad a cargo del batería Adam
Abrashoff y del bajista Elad Shapiro.
Esa referencia a Allman Brothers se
puede aplicar en más momentos del disco, y tiene su lógica, ya que está grabado
en la casa comunal de estos en los 60’s, y en cierto modo se aprecia también
cierto gusto por la improvisación que tanto practicaban los estandartes del
rock sureño.
Sigue el camino con la sensual “Two
Timin’ Woman” también con mucho encanto en sus sonidos slide y en la voz de Simo recordándome al Phil Mogg (UFO) más bluessy, como
sucede en la más rítmica “Can’t Say Her Name” que sin necesidad de subir ni
correr acaba atrapando hasta romper con un incisivo solo de guitarra. Algo que
no consiguen tanto con la más pesada “I Lied” flirteando con el stoner con unos
efectos saturados salpicando su densa ambientación cargada de electricidad,
recuperando ritmo y alegría en la sencilla setentera “Please” recordando a los Black Crowes tanto en sus melodías de
voz como de guitarra, volviendo a caer en cierta monotonía con la lisérgica “Long
May You Sail” reiterando unos acordes sin demasiada gracia.
La balada “I’ll Always Be Around”
muestra una cara más profunda y algo desgarrada de la voz de JD creciendo intensa sobre unos
incisivos aportes de slide guitar, que suben de intensidad en la luminosa “Becky’s
Last Occupation” con una base rítmica muy marcada sosteniendo un riff algo Zeppelin pero con uno efecto de eco
distinto, antes de marcarse una pasada excesiva de guitarra en la extensa “I’d
Rather Die In Vain” alargándose demasiado con un solo lento y denso
haciéndoseme bastante tediosa, aunque seguro que habrá a quién le parezca una
genialidad.
A continuación nos encontramos
con la suave breve acústica “Today I’m Here” con sonidos de steel guitar o
dobro algo insustanciales, sirviendo de preludio a una espesa “Let Love Show
The Way” con cierto aire psicodélico e intención animándose al final pero sin
acabar de convencerme, al igual que “Ain’t Doin’ Nothin’” más de trece minutos
de experimentación instrumental en los que se suceden solos, armonías y efectos
sin demasiada continuidad ni sentido, como decía con “I’d Rather Die In Vain” a
algunos les maravillará, pero a mí acaba aburriéndome.
Para el final dejan la balada
blues “Please Be With Me”, de nuevo con sonidos acústicos y steel junto a la
versión más suave de la voz de Simo,
suponiendo un agradable cierre de un disco con momentos realmente notables,
sobre todo en su primera mitad, pero con algunos excesos instrumentales que
hacen que mi valoración global baje bastante.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario