(Frontiers Music)
Comenzando por la sencilla y
directa “Angels Of Mercy”, de estribillo coreado perfectamente recordable
golpeando sobre un punzante riff central y dejando retazos marciales en sus
coreos, que se incrementan en la rotunda e inquietante “The End Is Near” en la
que Ralf Scheepers muestra un amplio
rango de registros con algunas subidas agudas características junto a unas guitarras
crudas y limpias, que seguidamente se doblan con maestría de la mano de Magnus Karlsson y del reintegrado en la
banda Tom Naumann en la pegadiza “Bullets
& Tears”, el corte que más me ha gustado del disco con mucho rollo de la
primera época del grupo.
No están nada mal tampoco el tema
título “Rulebreaker” dotado de buenas melodías de guitarra, voz desafiante,
bajo muy marcado y estribillo claro sin necesidad de subir demasiado sobre las
estrofas, o la hímnica y motivante “In Metal We Trust” típica declaración de
principios metaleros desarrollada sobre una poderosa base rítmica destacando la
pegada de Franceso Jovino a los
tambores soportando los ataques guitarreros y vocales de sus compañeros, en una
onda muy Judas de la etapa “Screaming For Vengeance”-“Defenders of the
Faith”, otra de las destacadas sin duda, al igual que la sencilla y afilada
“Constant Heart” más cercana en sus riffs a la onda “Painkiller”.
En este punto medio del disco rompiendo
el ritmo acelerado y directo marcado hasta ahora, nos sorprenden con la extensa
“We Walk Without Fear” que en sus más de once minutos de duración muestra a
unos Primal Fear más progresivos y
teatrales, aportando coreos y orquestaciones que enlazan con potentes
guitarras, rotundas baterías y grandes melodías vocales matizando sus cambios
de ritmo y ambientaciones por momentos terroríficas.
Se recupera el dinamismo y cierto
sonido épico en “At War With The World” marcada por sus coreos y sus trabajadas
guitarras, melódicas e incisivas desembocando en un buen solo doblado,
resultando más pesadas en la expresiva pero algo repetitiva y oscura “The Devil
In Me”, para tranquilizarse en el intenso medio tiempo “The Sky Is Burning”
dejando incluso algún detalle acústico pero sin perder nada de fuerza y
sentimiento.
El cierre lo pone la desafiante “Raving
Mad” de nuevo en clave poderosamente heavy metalera con la voz de Scheepers más aguda y áspera rompiendo
entre las guitarras de Karlsson y Naumann. Contundente final para un buen
trabajo de estos alemanes que rara vez fallan, tanto en estudio como en
directo, y que parecen haber intentado volver un poco más a los orígenes pero
sin renunciar a dejarnos algún retazo más experimental.
Mariano Palomo
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