Mientras esperamos ansiosos el
anuncio de las cuatro fechas de este verano en las que Ritchie Blackmore va a
volver a juntarse con miembros de Deep Purple y Rainbow para recordar en
directo su legado hard rockero, el hombre de negro y su señora nos
dejan otro nuevo trabajo de su ya más que consolidado proyecto en común. Un
disco más de la saga Blackmore’s Night que como viene siendo habitual desde
hace un tiempo me resulta tan agradable al oído como escasamente emocionante,
haciendo que mis ganas por poder volver a ver y escuchar a Blackmore tirando dedistorsión con su
Stratocaster no hagan más que aumentar exponencialmente día a día.
La pareja sigue a lo suyo,
ofreciendo un puñado de canciones de música celta-folk comenzando por la
festiva “All Our Yesterdays” con cierto toque mediterráneo en su mandolina, siguiendo
la misma onda“ Coming Home” con un ritmillo contagioso marcado por palmas y
panderetas, o “The Other Side” más puramente medieval y danzarina con sus
violines y percusiones características.
Entre medias la breve “Queen’s
Lament” que no es más que un profundo y lento solo acústico que da paso a la
más rockera, pero sin pasarse, “Where Are We Going From Here” que engaña con su
inicio lento pero que luego engancha con una guitarra eléctrica más presente,
solo incluido, y con la voz de Candice más potente adronada por los
arreglos de violín de Scarlett Fiddler y de teclas de Bard David of Larchmont. Sonidos más evocadores y celtas en “Will o’ The Wisp” también con solo de
guitarra, pero en este caso electro acústico destacando entre su melodía vocal
coreada, y más bucólicos en las lentas “Long Long Time” muy suave con delicados
toques de flauta de Lady Lynn, que vuelven a aparecer “Earth, Wind and Sky”
junto algún aporte de guitarra española.
Antes nos dejan seguidas un
par de instrumentales, “Allan yn n Fan” movidita y rítmica con el aporte
justito de guitarra eléctrica, y “Darker Shade Of Black” que como indica su
título es bastante más sombría y melancólica pero que crece con teclas y percusión
de forma casi fúnebre pero bellamente rematada por un preciosista solo de Ritchie
que nos hace recordar la mejor época de sus Rainbow, siendo para mí lo mejor
del disco. Un disco que se completa con dos curiosas versiones que se llevan a
su terreno, una más o menos previsible de “Moonlight Shadow” de Mike Oldfield
que resulta bastante bien, y una más sorpresiva “I’ve Got You Babe” que
hicieron famosa Cher y Sonny en los sesenta y que en esta revisión queda
prácticamente para el exclusivo lucimiento vocal de la Señora Night.
Lo dicho, trabajo agradable, con
algunos momentos más brillantes, pero que sigue siendo uno más de la decena que
lleva publicado ya el dúo en sus más de tres lustros de carrera, ¡qué largo se
me está haciendo!
Mariano Palomo
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