(CD Music / Duque Producciones)
Desde que Jero Ramiro nos sorprendíera en 2010 con este proyecto los seguidores del heavy metal clásico hemos ido recibiendo satisfacciones tanto en forma de brillantes discos en estudio como de enérgicos conciertos. A pesar de los cambios de vocalista, primero con Manuel Escudero, luego con Ronnie Romero y ahora con Nacho Ruíz, la trayectoria de la banda ha sido muy homogénea, con una línea estilística claramente enraizada en los sonidos heavy y hard más clásicos, pero con un tinte actual en su producción.
Como decía los cambios en el grupo han venido en el puesto de cantante, aunque los tres que han grabado con la banda tienen unas formas que no se alejan en exceso entre sí, pero cada uno de ellos con su propia personalidad, rallando todos a gran altura, luego al final es cuestión de gustos. Este que nos ocupa es el primer trabajo registrado por Nacho Ruíz, al que conocíamos sobre todo por su labor en Arwen, y que ahora en Santelmo encaja a la perfección en las composiciones de Jero que, además de tocar la guitarra con el nivelazo habitual, se encarga también de todos los textos de las canciones. Siguen en la banda tres elementos que vienen siendo esenciales en la misma, el cada vez más versátil bajista Luisma Hernández, el brillante teclista José Paz, y el tremendamente técnico Jaime Olivares a la batería.
En cuanto a los temas hay variedad, sin salirse de lo esperable, pero mostrando un buen rango de registros tanto vocales como instrumentales, comenzando por el heavy metal claro y potente de “El Retrono de Judas” que tras unos inquietantes coros monacales rompe con un riff acuchillando con poderío para que luego Jero despliegue fuerza y destreza, mientras la voz de Nacho tira hacia arriba con arrogancia pero matizándose con unas trabajadas partes melódicas completadas por unas teclas bien marcadas. Me recuerda un poco a la etapa Tony Martin de Black Sabbath.
Carga épica para la poderosa “Juego de Reyes” recorrida por exhibiciones de mástil algo escalilleras sobre un ritmo moderadamente cabalgante, resultando muy efectiva, adornada además por un buen duelo de teclas y guitarra barroco a lo Malmsteen, pero del bueno, no del de ahora. Más melódica y algo power nos encontramos con “Mil Vidas” que entra fácil por su estribillo clarísimo y de nuevo con las teclas clave de José Paz muy presentes junto a la melodía de voz de Nacho.
Se densifica y endurece el sonido para la rítmica “Mamífero”, en la que Luisma y Jaime reiteran el ritmo con profundidad dejando algún interesante detalle progresivo, que también aparecen en menor medida en la rápida y dinámica “Ser del Viento” una composición épica, positiva y expresiva que me recuerda mucho a los mejores Tierra Santa con un equilibrado balance de guitarras y teclas para que Nacho deje buenos golpes de voz en su estribillo que me da que será coreado con fuerza en directo.
Momento sombrío y denso con “Sola”, apasionada, rasgada, potente pero sin apenas ritmo adornada por otro gran solo de Jero, que seguidamente cambia la Fender Stratocaster por la acústica en el comienzo de “Destino, El Universo” llena de emotividad cambiando velocidad por intensidad con una dramatizada interpretación vocal de Nacho y con un precioso guiño a la música clásica en su solo de guitarra, que se afila para insertarse en sólido engranaje de la misteriosa “Serpientes y Mentiras”.
Rotundidad y vigor para marcar el ritmo cortado de “Angeles Muertos” arrogante y justiciera mostrando algunos matices de teclas, que crecen para brillar en la pegadiza “Somos” con una espectacular melodía vocal y con unos riffs incendiarios, endureciéndose aun más en la reivindicativa “Indignado” que cierra de forma rabiosa y veloz siendo de las más rotundas y cañeras pero perfectamente clara tanto en su instrumentación como en su mensaje.
Muy buen disco una vez más de Santelmo que, a pesar de los cambios, sigue consolidándose como uno de los nombres de referencia del heavy español.
Mariano Palomo
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