(Spinefarm Records)
No soy yo muy aficionado precisamente a los sonidos electrónicos cuando se mezclan en terrenos metaleros, como dirían los ingleses “not my cup of tea”, vamos, que no es mi rollo. Pero de vez en cuando me encuentro alguna cosita interesante aunque, siendo sincero, nunca ha acabado de llamar la atención. Es el caso de este segundo larga duración de Amaranthe, sobre todo por la figura de su vocalista Elize Ryd de la que ya tenía referencias por sus colaboraciones junto a Kamelot y sobre todo por su participación en el proyecto Avalon de Timo Tolkki.
Como contrapunto al melódico lirismo de Elize acompaña en las voces a ésta dos aguerridos maromos, Jake E que aporta unos tonos medios limpios y profundos a lo Roy Khan, y Andy que pone el tono gutural y agresivo creando una curiosa mezcla de death melódico, electro pop y gótico light, todo ello con una más que competente producción de Jacob Hansen que consigue que suenen bastante compactos sin apenas aportes significativos del guitarrista Olof Mörck que adquiere mayor protagonismo como teclista.
El mayor problema que le encuentro a este tipo de grupos es el excesivo sonido maquinero que proponen, aunque por momentos son capaces de sonar melódicos, frescos y atractivos, algo a lo que ayuda bastante la extensión de los temas con algo más de tres minutos y medio de duración media. Empiezan bastante rápidos y directos con la acelerada “Afterlife” con Morten Lowe machacando sus tambores, algo disparados me da la sensación, y con la melodía vocal de Elize llegando bien, resultándome una especie de cruce entre Dragonforce y Kamelot, pero con arreglos electrónicos.
Estos arreglos se acentúan en la pegadiza “Invincible” más distorsionada y con mayor participación de la cavernosa voz de Andy, sintetizándose más aun el sonido en “The Nexus” o en “Razorblade” que llegan a ser muy pop en sus partes vocales más limpias pero contrarrestado por partes duras y rasgadas, que se acentúan compartiendo plano prácticamente a partes iguales en la dinámica “Theory Of Everything” en la que por fin comparece tímidamente el sonido de guitarra, prolongándose con mayor distorsión en la resultona “Stardust” melódica y potente con unos curiosos arreglos espaciales.
Bajan el ritmo para dejarnos la suave y romántica “Burn With Me” creando un diálogo entre Elize y Jake que sube un poco de tono en su estribillo pero sin excesivo poderío, que aumenta en la electro-gótica “Mechanical Illusion” con Andy volviendo más agrio y agresivo para compensar las melodías de sus compañeros, al igual que en rápida “Future On Hold” con más guitarras que la media, que desaparecen prácticamente en la cibernética “Electroheart” perfectamente bailable en cualquier club berlinés, para reaparecer en la enérgica “Transhuman” que me suena a unos Kamelot endurecidos, siendo de las que más me ha convencido, junto a la final “Infinity” en la que insertan un brillante registro lírico a su brillante estribillo.
Se completa el CD a modo de bonus tracks con la rápida y agresiva “Leave Everything Behind (Early Version)” rescatada de su primer trabajo homónimo, y con una relajada versión acústica de “Afterlife” que me seduce casi más que en su primera concepción eléctrica con las voces de Elize y Jake exhibiéndose desnudas sobre un bonito rasgueo acústico sin apenas ritmo.
Como decía antes, este disco no me enloquece, no me transmite demasiado, pero reconozco que tiene cierto atractivo y se intuye un generoso trabajo de producción y realización detrás que hace que pueda resultar bastante interesante para los más avezados en estos sonidos.
Mariano Palomo
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