(Mascot Records)
Más de tres lustros han tenido que pasar para que volviera a ofrecernos nuevo material en estudio el guitarrista Adrian Vandenberg, probablemente el más talentoso y brillante surgido en los Países Bajos. Un señor que empezó a darse a conocer con la banda a la que ponía su apellido con tres fantásticas obras a principios de los ochenta capaces de llamar la atención del mismísimo David Coverdale que no dudó en reclutarlo para las filas de la Serpiente Blanca compartiendo ambos una larga trayectoria interrumpida en diversos momentos, cual figura del balompié, por unas inoportunas lesiones articulares del hacha neerlandés.
Curiosamente fue el fútbol en 2011 el que devolvió a Adrian a la actividad musical, concretamente cuando el equipo de su ciudad y reciente campeón de la liga holandesa, FC Twente Enchede, le reclamó para hacer una canción rockera que animara a sus seguidores. Tras conocer al vocalista Jan Hoving todo empezó a rodar y crecer hasta llegar a tocar junto el batería Mart Nijen Es y al bajista Sem Christoffel en las celebraciones del título del Twente, y desde entonces ensayos, arreglos y grabaciones para llegar a dar forma al disco que nos ocupa de Vandenberg’s Moonkigns.
Como suele ocurrir en estos casos de regresos más o menos inesperados la experiencia ha hecho que uno se los tome con cierta calma y precaución, pero en este caso el resultado creo que no puede ser más satisfactorio, ya que estamos ante un señor disco de puro hard rock lleno de esencia, clase y nivel, y además sonando como un grupo, no como el proyecto de un guitar hero al uso. Inevitablemente la sombra de Whitesnake es alargada y se deja notar en el sonido de algunos temas, pero curiosamente me recuerda más a la etapa pre-Vandenberg que a la ochentera-noventera, incidiendo incluso más en el de bandas como Bad Company o Led Zeppelin.
Mucho tiene que ver en este sonido el añejo timbre de voz del, por otra parte bastante joven, Jan Hoving. Todo un descubrimiento que bebe directamente de las fuentes de grandes como Paul Rodgers, Danny Bowes o el propio Coverdale. Algo que queda meridanamente claro desde un principio con la sinuosa “Lust And Lies”, tremenda melodía vocal llena de rollo sobre el gran trabajo de guitarra de Adrian que destaca sin eclipsar, dejando espacio para unas marcadas líneas de bajo de Sem y para las percusiones, congas incluidas, de Mart, formando ambos una base rítmica muy a tener en cuenta.
Sigue el espíritu setentero sobrevolando la fantástica “Close To You” en la que el influjo Zeppelin no puede ser más evidente en su sonido de guitarra pero con el contraste coverdeliano de su melodía de voz, vamos, que bien podría haber sido un tema de Coverdale-Page. Una referencia esta perfectamente válida para situar otros buenos cortes como “One Step Behind” entrañable tema lento que va creciendo en ritmo e intensidad entremezclando detalles de mandolina, calidez vocal y rasgueos acústicos rematando con un solo eléctrico bastante durito, o la divertida “Leeches” con un ligero toque lisérgico y vacilón quedando de lo más curiosa.
Giro soul para la tremenda “Good Thing” probablemente mi tema favorito del disco, y es difícil elegir. Elegancia, ritmo, encanto, todo ello condimentado por unas voces negras femeninas tremendas que dan réplica a la potente y melódica voz de Jan que brilla sobremanera, repitiendo la fórmula con casi idéntico éxito en la más hard rockera “Feel It” con un estribillo que entra como cuchillo en mantequilla doblándose sobre una buenísima base rítmica salpicada por unas guitarras de alma sureña que le dan un encanto especial al tema, endureciéndose ligeramente en la menos inmediata “Leave This Town” con cierto regusto Thunder.
Mayor potencia y pegada encontramos en otros momentos, como en la insinuante “Steal Away” con el bajo de Sem de nuevo marcadísimo a lo Glenn Hughes en una línea muy cercana al sonido de los últimos discos de Whitesnake, quedando más rockanrolero en “Nothing Touches” otra de las más destacadas llena de ritmo groovie motero, y donde citan a modo de homenaje a bandas como Van Halen o AC/DC, repitiendo el tan manido pero siempre vigente mensaje “Rock & Roll is Forever”. Misma línea enérgica pero matizada para la poderosa “Line Of Fire” que en su estribillo clarísimo recuerda a los mejores tiempos de The Cult con un Jan desafiante en su interpretación vocal de nuevo apoyado, aunque más discretamente, por los coros femeninos.
También hay sitio para temas tranquilos pero igualmente interesantes, caso de las delicadas “Breathing” llena de sonidos acústicos y de cuerda (¿habrá desempolvado Adrian el arco del vídeo de “Still of the Night”?) y “Out Of Reach” en la misma línea pero con un magnífico toque blues-sureño en sus guitarras. Como colofón dejan para el final una revisión de “Saling Ships” tema compuesto para Whitesnake apareciendo en el en mi opinión infravalorado “Slip Of The Tongue” y para la que Adrian ha llamado al maestro Coverdale regalándonos una versión bastante diferente, más tranquila y envolvente que la original, pero igualmente embaucadora.
Broche de oro para un fantástico disco que ya está en mi top de las últimas semanas, devolviéndonos a un gran músico que acompañado de otros tres que tienen pinta de llegar a serlo, han parido un proyecto absolutamente recomendable que ya estamos deseando poder degustar en directo en su próxima actuación en Madrid el 29 de marzo, yo no pienso perdérmelo.
Mariano Palomo
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