(Frontiers / Mastertrax)
Siempre inquietos e innovadores los germanos Vanden Plas vuelven a sorprendernos con sus últimos proyectos. Desde que en 2010 publicaran su anterior entrega “The Seraphic Clockwork”, han tenido tiempo de llevar a los teatros una ópera rock junto al escritor Wolfang Hohlbein que con más de 45 millones de libros vendidos en todo el mundo es uno de los autores alemanes más exitosos del momento. Esa ópera basada en su serie “The Chronicles Of The Immortals” dio como resultado una escenificación orquestada bajo el título de “Bloodnight” (“Blutnacht” en alemán), de cuyo primer acto “Netherworld” han adaptado su música haciéndola más progresiva y metálica para plasmarla en el disco que ahora nos ocupa.
Historias existencialistas aparte y centrándonos en lo puramente musical estamos ante un tremendo trabajo de metal progresivo lleno de matices y calidad al nivel de lo que nos tienen acostumbrados Vanden Plas. Obviamente marcadamente teatral por momentos, con grandes dosis de melodía, pero sin olvidar ataques agresivos y poderosos en los que todos los componentes del grupo rallan a gran altura.
El álbum está dividido en diez partes denominadas "Visions", precediendo a sus correspondientes títulos desentrañando en cada uno de ellos la trama del libreto, comenzando por “Vision One” una narración grave y profunda a cargo del propio Hohlbein que nos introduce de forma inquietante a lo Orson Welles para que vayan entrando con suavidad en escena el piano de Gunter Werno y la dramatizada voz de Andy Kuntz, que van creciendo hasta enlazar con “Vision Two-The Black Knight” que tras unos marciales redobles de la mano de Andreas Lill rompe potente sobre los ritmos progresivos que marca junto al bajista Torsten Reichert combinando desarrollos duros y marcados con envolventes melodías de voz, guitarra y teclados, rematados por unos delicados coros de voces blancas, que vuelven a romperse bruscamente en “Vision Three-Godmaker”, siguiendo la misma línea de teatralidad cañera adornada por unos rotundos y preciosistas aportes de Werno del guitarrista Stephan Lill.
Llegamos a un pequeño momento reposado en “Vision Four-Misery Affection Prelude” donde de nuevo el piano es protagonista junto a un suave dueto vocal en el que interviene una voz femenina junto a la de Kuntz que continúa presente en la cadenciosa “Vision Five-Ghost Requiem” donde me parece apreciar algunos fragmentos de su letra en latín, muy apropiado por otra parte dentro de su lúgubre y monacal ambientación que parece reflejar una triste oración que en su tramo final coge altura con la entrada de la instrumentación subiendo a un tono más coral.
Vuelve la dureza instrumental pero si aumentar demasiado el ritmo con “Vision Six-New Vampire” cortada en sus andanadas prog metaleras por la matizada melodía vocal que se desgarra por momentos en algunos repuntes dentro de un sonido ligeramente gótico barnizado por trabajados arreglos de guitarra y teclados que lo relajan, para acelerar notablemente en la más extensa “Vision Seven-The King And The Children Of Lost World” prog power melódico evocador a lo Kamelot donde las teclas de Werno lucen junto a sus brillantes cambios de ritmo, bajando de nuevo la velocidad en la melancólica “Vision Eight-Misery Affection” de nuevo con la suave voz femenina compartiendo primeros planos con la de Kuntz sobre un sustento sombrío de piano y cuerda a los que se une la guitarra de Stephan en su parte final.
En esa misma línea misteriosa sigue desarrollándose la historia con “Vision Nine-Soul Alliance” con riffs marcados y duros junto a líneas vocales muy melódicas creando un buen contraste intensificado por unas teclas balanceadas, que se suavizan en el inicio de la final “Vision Ten-Inside” para romper bruscamente con un punzante riff que vuelve a relajarse con la buena melodía de voz y una discreta orquestación que le da un interesante toque intimista.
Final de la primera parte de esta historia de la que habrá continuación próximamente, y que seguramente comprendida en toda su dimensión literaria ganará en interés, pero que de momento en lo meramente musical después de más de veinte años de carrera, sigue situando a Vanden Plas en el podio del metal progresivo europeo.
Mariano Palomo
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