(Frontiers / Mastertrax)
Noveno trabajo en estudio de la banda de James Christian para celebrar más de un cuarto de siglo en activo recuperando alguno de los elementos que llamaron la atención del público hard rockero y melódico con su, para mí, todavía no superada ópera prima.
Y no es que este “Precious Metal” sea precisamente el disco que más me haya convencido de House Of Lords desde que volvieron a la actividad hace diez años con el vilipendiado “The Power And The Myth” en el que flirteaban con el rock progresivo, para luego retomar la senda más melódica con una formación renovada que perdura hasta hoy. Otros trabajos como “Come To My Kingdom” o “Big Money” me han llenado más, a pesar de sus producciones, aspecto este en el que creo que “Precious Metal” mejora sobre todo en lo que al sonido de la batería de BJ Zampa y del bajo de Chris McCarvill se refiere, pero sigo encontrando algunas fases de indefinición. En cualquier caso el disco me parece que llega al notable, con algunos temas brillantes en los que recuperan cierta pomposidad y épica de antaño que se echaban algo en falta desde la marcha del teclista original Gregg Giuffria.
Esa mayor presencia de sinfonismo y épica empieza a aparecer en tema de apertura “Battle” potente corte en el que teclas y guitarras alternan con poderío creando una ambientación para que Christian desarrolle sus buenas capacidades vocales, al igual que en la dinámica “Epic” más directa y melódica con Robin Beck apoyando en la segunda voz, dejando para más adelante una participación más destacada en otros temas, o en la contagiosa “Action” que gana por su puto arrogante despuntando en su claro estribillo.
El hard más melódico rozando el A.O.R. marca temas como la animada ochentera “I’m Breaking Free” resultando de las más pegadizas y festivas pero dejando un incisivo solo a cargo de Jimi Bell que ofrece un amplio rango de registros guitarreros a lo largo de todo el disco, pasando de los rasgueos insinuantes de la reconocible “Permission To Die” a los riffs punzantes de la cañera “Swimmin’ With The Sharks” marcando un ritmo alto que da sustento a una magnífica melodía vocal doblada, o la distorsión más cruda, haciendo honor a su título, en la más pesada “Raw” con presencia discreta de nuevo de Robin Beck.
Una voz la de Robin mucho más presente con desigual fortuna en la lenta y monótona “Enemy Mine” que a pesar de su dueto vocal me parece la más floja del disco, mejorada notablemente por la animada de ritmo vivo y sonido más puramente A.O.R. “You Might Just Save My Life”, aquí sí con un gran juego de voces del matrimonio Christian, y por el cuidado medio tiempo “Turn Back The Tide” que a pesar de no tener mucho ritmo resulta de lo más compacto con sus coros llenando estrofas y estribillo.
En la vitalista “Live Everyday (As It’s The Last)” las melodías de voz mandan marcando desarrollos y subidas en los que la voz de Christian brilla junto a un buen solo de Bell que endurece un tanto el tema, para suavizarse en la balada “Precious Metal” en un tono romántico envolvente con un delicado estribillo una vez más con la voz de Robin apoyando en un discreto segundo plano para que su esposo luzca su cara más tierna.
Como decía seguramente no sea el mejor disco de House Of Lords 2.0 y no me entró ni a la primera ni a la segunda, pero creo que cumple sobradamente ganando a cada escucha. Esperemos que sean capaces de llevarlo al directo dignamente sin tener que abusar de samples y grabaciones, ya que su inminente gira contarán con una corista de lujo como la Sra. de Christian.
Mariano Palomo
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