(Frontiers / Mastertrax)
Desde que se anunció hace unos meses la salida de este primer trabajo del nuevo proyecto del guitarrista norteamericano de origen japonés Jake E. Lee, me hacía cuentas de cómo podría ser la nueva propuesta de uno de mis guitarristas favoritos, ¿iría en la onda heavy rockera que desarrolló con Ozzy en sus inmensos “Bark At The Moon” y “The Ultimate Sin”?, ¿se decantaría por el hard-blues de Badlands?, o ¿tiraría de fórmulas más experimentales como en alguno de sus discos en solitario? El resultado es que en este CD encontramos un poco de todo, pero todo con cuentagotas y sin la brillantez de antaño, aun habiendo pasajes rescatables.
Entre los momentos más rescatables, el tema inicial y primer vídeo-single “Decieved”, un corte rápido, enérgico y sugerente que cabalga sobre un incendiario riff perfectamente reconocible que engancha con fuerza y melodía a golpe de hard directo y áspero sobre todo por la voz de Darren J. Smith (Harem Scarem), que sin ser un mal cantante, desde luego me parece mucho mejor batería. Un extremo este que puede comprobarse echando un vistazo a las actuaciones disponibles en internet a cargo del grupo, y en las que Darren no es que esté especialmente acertado, una cosa es meter coros y cantar algún tema de vez en cuando, y otra muy distinta el llevar el peso de una banda como frontman.
Además de Smith, completan el grupo el bajista y productor Ronnie Mancuso y el batería Jonas Fairley, ambos cumplen pero no sobresalen por nada en particular, seguramente más por la producción opaca y hueca por momentos de Mancuso y Lee que por sus habilidades como instrumentistas, encontrando incluso algunos sonidos algo “electrónico-maquineros” por momentos en temas que apuntan a más de lo que acaban por resultar como la groovie “Shout It Out” que tiene cierta gracia por su estribillo machacón y por un limpio solo de Lee.
Algo similar sucede con “Feeder” que comienza con un brillante guitarreo para ir cayendo en una especie de decadencia sonora a la que contribuye la sinuosa y personal voz en tono lisérgico del invitado Robin Zander, acentuándose la atmósfera decadente en la pesadísima “Big Mouth” de largo el corte más flojo y prescindible del disco que acaba por resultar cargante con la desgarbada y saturante voz de Maria Brink.
Mejoran un poco a las antes comentadas, aunque no demasiado, la lenta “Fall From The Sky” que destila cierto encanto por su suave rasgueo electroacústico pero un tanto ensuciado por la monocorde voz de Smith, las modernas “Wasted” con un sonido cortado y áspero con la presencia de Paul Di’Anno del que ya pasó su mejor época hace mucho tiempo, y la más rápida y directa “Slave” mejorada de nuevo por unos punzantes riffs y por un buen solo de Lee.
Los dos temas que más me han convencido, aparte del inicial “Deceived”, tienen poco que ver entre sí. El primero de ellos “War Machine” es un corte pesado de clara inspiración Sabbath donde la guitarra es puro Iommi e incluso la voz de Darren encaja bastante bien en un tono muy Ozzy, con ese punto ácido y denso pero sin cargar. El segundo “Redeem Me” se desarrolla hard clásica a ritmo medio resultando clara con la aguda y nasal voz de Sass Jordan creando una ambientación en onda Tesla / Zeppelin bastante interesante, al contrario que la completamente intranscendente “Exquisite Tenderness” que durante algo más de dos minutos cierra el disco a base de piano clásico "Chopiniano".
En definitiva, este disco de Red Dragon Cartel es bastante inferior a lo que yo esperaba de alguien tan talentoso como Jake E. Lee, que en pequeñas píldoras sigue mostrando algunas de sus grandes virtudes como músico, y que creo que si quiere avanzar y llegar a buen puerto con esta aventura lo primero que tiene que hacer es buscar un cantante a la altura (por qué si no tanto vocalista invitado, aunque a algunos se los podía haber ahorrado), y luego definir su sonido con mayor concreción, ah, y replantearse lo de no tocar “Shot In The Dark” en directo, algo que muchos de sus fans seguro que estamos deseando disfrutar cuando venga a visitarnos la próxima primavera al viejo continente. El que espere un nuevo disco ochentero disco de Ozzy o de Badlands que se vaya olvidando, este no lo es.
Mariano Palomo
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