(Ear Music /
Edel Music)
Parece que los escoceses Gun llevan un tiempo
intentando reverdecer viejos laureles que les llevaron a situarse en los
primeros puestos de las listas a principios de los noventa con su rock fresco y
asequible capaz de atraer a todo tipo de públicos. Tal fue la fuerza de su
irrupción en 1989 con su primer trabajo “Taking On The World” que les
llevó a girar por todo el mundo con algunos de los más grandes, entre ellos los
mismísimos Rolling Stones para los que abrieron durante su “Urban Jungle
Tour” como pudimos comprobar en nuestro país un año después.
Luego “Gallus” (1992) y en menor medida “Swagger”
siguieron llamando la atención, para desaparecer casi por completo en 1997 tras
el lanzamiento de su insulso “0141 632 6326” después de sufrir algunos
cambios tanto de formación como de sonido. Hace tres años lanzaban a modo de
globo sonda el irregular y para mi escasamente atractivo EP “Popkiller”
en el que recuperaban algo de su esencia primigenia pero con excesivos guiños a
sonidos ajenos a ésta, que ahora mejoran algo con este nuevo larga duración con
el que parecen querer romper el silencio, aunque sin conseguirlo
definitivamente.
De la formación que
hizo grande el nombre de Gun en sus inicios sólo quedan los hermanos Dante
y Giulliano Gizzy, dejando el primero el bajo para ocuparse de la voz
sustituyendo al carismático Mark Rankin y siguiendo el segundo como
único guitarrista. A ambos les acompañan el bajista Derek Brown y el
batería Paul McManus.
Creo que lo mejor
que se puede decir de este disco es que se escucha fácil, es agradable,
resultón, pero para mi gusto excesivamente popero por momentos. Y no es que no
haya buenos aportes guitarreros, que los hay, pero se me queda un poco a
medias, seguramente en ello tenga bastante que ver la producción de Dave
Ringa (Ocean Colour Scene, Manic Street Preachers).
Dicho esto en general los temas son sencillos, cortos, con
cierto punch pero sin acabar de matar, como sucede con la melódica y pegadiza
“14 Stations” que sugiere más de lo que aporta con sus guitarras rockeras
suavizadas por unas melodías vocales actuales, como le sucede al tema título
“Break The Silence” en el que las guitarras quedan más tímidas dejando más
sitio a unos arreglos de teclados bastante horteras mejorados por sus coros a
lo Leppard.
Antes la inicial
“Butcher Man” propone más acción con su ritmo vivo y divertido, mientras que
“Lost & Found” es un ejercicio retro
con aires glam setenteros de estribillo fácil e ideal para ser coreado en
cualquier pub de las Islas pinta en mano, siendo la que más me ha llamado la
atención.
En esa línea
guitarrera y más animada nos encontramos con la noventera “Bad Things” con su
mezcla de distorsión amortiguada y melodía resultando pegadiza pero algo hueca,
o con la positiva y sencilla “Last Train” de aires pop rockeros en la que Guilliano
se marca un correcto solo de guitarra.
Otros cortes
navegan entre la corrección sin alardes de la hard melódica “Caught In The
Middle” en la que destacan sus trabajadas melodías vocales haciéndola
reconocible, la agradable intranscendencia de la suave balada “How Many Roads”
que acaba resultándome excesivamente plana, o la mesurada “Running Out Of Time”
de ritmo medio de nuevo con los coros a lo Leppard como mayor activo.
Dejo para el final
las dos piezas que menos me han gustado, la comercialota aunque con cierta
gracia al principio “No Subsitute” que acaba por empalagarme con su coros no
aptos para diabéticos, y la absolutamente prescindible “Innocent Thieves” en
clave de pop rock extraño y tedioso sin ni pizca de ritmo.
Desde luego ha
habido regresos bastante más afortunados que el de estos chicos, pero en
cualquier caso este disco puede valer para tenerlo de fondo y ponérselo a tus
amistades menos rockeras, por lo menos no molesta y tiene algún que otro corte
bastante decente, pero muy lejos de la mejor versión de sus autores.
Mariano Palomo
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