lunes, 18 de febrero de 2019

THE NEAL MORSE BAND “The Great Adventure”


(Radiant Records)
Uno de los lanzamientos más interesantes del principio de este año 2019 es el nuevo trabajo, tercero en estudio, bajo la cabecera de The Neal Morse Band. La formación que encabezada por el prolífico músico norteamericano, magníficamente acompañado por el batería Mike Portnoy (Traansatlantic, Sons of Apollo, Flying Colors, ex Dream Theater), el bajista Randy George, el teclista Bill Hubauer y el guitarrista Eric Gillette, ha vuelto a redondear una magnífica obra llena de calidad, clase y matices donde todos y cada uno de los participantes muestran su tremenda categoría al servicio de unas exquisitas composiciones.
Siguiendo la estela de su magnífico predecesor “Similitude Of A Dream” (2016), con la misma riqueza de elementos y sonidos, incluso con una portada prácticamente idéntica, nos deleitan ahora con este “The Great Adventure” dividido en dos CDs donde encontramos algunas, no muchas, piezas de larga duración y trabajados desarrollos sinfónico progresivos, como “Overture” que abre el disco para mayor lucimiento y exhibición de virtuosismo del quinteto luciendo las melodías de guitarra y teclados sobre la solidez rítmica de Portnoy y George creando ambientaciones que nos llevan de rotundos ataques metaleros a suaves pasajes llenos de encanto.
Continúa el desarrollo de la obra en clave teatral con la melancólica “The Dream Isn’t Over” salpicada de delicados toques acústicos bajo la envolvente voz de Morse, creciendo la intensidad y el dramatismo con “Welcome to the World” marcada por sus grandes armonías vocales rompiendo en un impactante estribillo alternando partes duras con otras de inspiración circense, volviendo a la calma en el inicio de “A Momentary Change” con el piano y las voces como protagonistas para romper luego poderosa con una pulcra base plena de precisión sobre la que se suceden unos melódicos dibujos de guitarra.
Entramos en terrenos más misteriosos con el medio tiempo “Dark Melody”, de aires tétricos y atormentados siendo de lo más expresiva tanto vocal como instrumentalmente, al igual que la intrigante “I Got To Run” más extensa con variedad de sonidos instrumentales entre los que se cuela la parte vocal transmitiendo angustia y desasosiego por momentos antes de llegar a su claro estribillo, rematando con una parte final con toques acústicos más relajada para enlazar posteriormente con el solemne sonido de órgano del comienzo de “To The River” tras el que irrumpe con categoría otra preciosista exhibición de guitarra y teclados llenos de sentimiento y clase creando una sobrecogedora ambientación incluyendo unos maravillosos coros y terminando de nuevo de forma calmada.
Un calma que se rompe de forma vibrante con el tema título “The Great Adventure”, un señor tema en clave más hard melódica pero sin abandonar el virtuosismo progresivo y en la que las melodías de voz brillan con luz propia, llegando incluso a un momento rasgueo y palmeo muy a lo Boston que me ha encantado.
Acto seguido cae notablemente el ritmo con la densa “Venture in Black” el corte que me menos me ha dicho del disco con su sombría propuesta iluminada por una bella voz femenina como contraste a las más graves principales, mejorando con la más ingenua “Hey Ho Let’s Go” (nada que ver con los Ramones) donde las voces dejan cierto regusto Beatles dentro de un sonido jazzie ligero y resultón, antes de cerrar el primer CD con la intensamente melódica y espiritual “Beyond the Borders” marcada por sus evocadores voces a ritmo lento.
Comienza el segundo CD con “Overture 2”, bastante más breve que la primera pero igualmente solemne para llevarnos hasta “Long Ago” agradable composición de tintes acústicos que envuelve con encanto sus desnudas melodías de voz acariciándola antes de crecer instrumentalmente, desembocando en la bucólica y breve “The Dream Continues” con un bonito aporte de sonidos de flauta en segundo plano quedando a modo de interludio antes de atacar con la más metálica “Fighting With Destiny” de nuevo con ese halo intrigante y misterioso sobrevolándola.
Nuevo cambio de tercio retomando el tono bulesque y casi circense con “Vanity Fair” luminosa y ligera , desenfadada y resultona con un ligero regusto a Queen, para volver a la caña con “Welcome to the World 2” con un riff pesado y unas bunas melodías de voz claras y rotundas con notable carga dramática, tras la cual nos dejan otro breve ejercicio de virtuosismo futurista con “The Element Of Fear” una de las piezas más experimentales del trabajo con contratiempos y sonidos cibernéticos mezclados con suaves melodías, que se prolongan en la bonita y apasionada acústica “Child of Wonder” con una segunda voz grave que me recuerda mucho a la de Jeff Cannatta, de hecho hay más partes del disco en el que me viene a la mente su figura.
Con “The Great Dispair” se mantienen los ritmos atemperados pero aumenta la intensidad de las guitarras rodeadas de unos evocadores coros y coronando con un preciosista solo, para tornar el sonido más teatral en la pomposa “Freedom Calling” llena de matices, cargada de fuerza dramática con retazos líricos, cuidadas armonías e intrincados cambios de ritmo durante sus siete minutos y medio de duración.
Llegamos al final de la obra con otro tema extenso “A Love That Never Dies” donde vuelven a envolvernos a base de unas buenísimas voces y unas aterciopeladas partes de piano y guitarra creando una romántica y apasionada ambientación que va creciendo espectacular llena de sentimiento y elegancia.
Un magnífico cierre para una excelente entrega digna de ser degustada con calma y atención para sacarle todo su sabroso jugo, de la mano de estos músicos en la cumbre del progresivo actual.
Mariano Palomo

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