(Radiant Records)
Siguiendo la estela de su magnífico
predecesor “Similitude Of A Dream”
(2016), con la misma riqueza de elementos y sonidos, incluso con una portada
prácticamente idéntica, nos deleitan ahora con este “The Great Adventure” dividido en dos CDs donde encontramos
algunas, no muchas, piezas de larga duración y trabajados desarrollos sinfónico
progresivos, como “Overture” que abre el disco para mayor lucimiento y
exhibición de virtuosismo del quinteto luciendo las melodías de guitarra y
teclados sobre la solidez rítmica de Portnoy
y George creando ambientaciones que
nos llevan de rotundos ataques metaleros a suaves pasajes llenos de encanto.
Continúa el desarrollo de la obra
en clave teatral con la melancólica “The Dream Isn’t Over” salpicada de
delicados toques acústicos bajo la envolvente voz de Morse, creciendo la intensidad y el dramatismo con “Welcome to the
World” marcada por sus grandes armonías vocales rompiendo en un impactante
estribillo alternando partes duras con otras de inspiración circense, volviendo
a la calma en el inicio de “A Momentary Change” con el piano y las voces como
protagonistas para romper luego poderosa con una pulcra base plena de precisión
sobre la que se suceden unos melódicos dibujos de guitarra.
Entramos en terrenos más
misteriosos con el medio tiempo “Dark Melody”, de aires tétricos y atormentados
siendo de lo más expresiva tanto vocal como instrumentalmente, al igual que la intrigante
“I Got To Run” más extensa con variedad de sonidos instrumentales entre los que
se cuela la parte vocal transmitiendo angustia y desasosiego por momentos antes
de llegar a su claro estribillo, rematando con una parte final con toques
acústicos más relajada para enlazar posteriormente con el solemne sonido de
órgano del comienzo de “To The River” tras el que irrumpe con categoría otra
preciosista exhibición de guitarra y teclados llenos de sentimiento y clase
creando una sobrecogedora ambientación incluyendo unos maravillosos coros y
terminando de nuevo de forma calmada.
Un calma que se rompe de forma
vibrante con el tema título “The Great Adventure”, un señor tema en clave más
hard melódica pero sin abandonar el virtuosismo progresivo y en la que las
melodías de voz brillan con luz propia, llegando incluso a un momento rasgueo y
palmeo muy a lo Boston que me ha
encantado.
Acto seguido cae notablemente el
ritmo con la densa “Venture in Black” el corte que me menos me ha dicho del
disco con su sombría propuesta iluminada por una bella voz femenina como contraste
a las más graves principales, mejorando con la más ingenua “Hey Ho Let’s Go”
(nada que ver con los Ramones) donde las voces dejan cierto regusto Beatles dentro de un sonido jazzie
ligero y resultón, antes de cerrar el primer CD con la intensamente melódica y
espiritual “Beyond the Borders” marcada por sus evocadores voces a ritmo lento.
Comienza el segundo CD con “Overture
2”, bastante más breve que la primera pero igualmente solemne para llevarnos
hasta “Long Ago” agradable composición de tintes acústicos que envuelve con encanto
sus desnudas melodías de voz acariciándola antes de crecer instrumentalmente,
desembocando en la bucólica y breve “The Dream Continues” con un bonito aporte
de sonidos de flauta en segundo plano quedando a modo de interludio antes de
atacar con la más metálica “Fighting With Destiny” de nuevo con ese halo
intrigante y misterioso sobrevolándola.
Nuevo cambio de tercio retomando
el tono bulesque y casi circense con “Vanity Fair” luminosa y ligera ,
desenfadada y resultona con un ligero regusto a Queen, para volver a la caña con “Welcome to the World 2” con un
riff pesado y unas bunas melodías de voz claras y rotundas con notable carga
dramática, tras la cual nos dejan otro breve ejercicio de virtuosismo futurista
con “The Element Of Fear” una de las piezas más experimentales del trabajo con
contratiempos y sonidos cibernéticos mezclados con suaves melodías, que se
prolongan en la bonita y apasionada acústica “Child of Wonder” con una segunda
voz grave que me recuerda mucho a la de Jeff
Cannatta, de hecho hay más partes del disco en el que me viene a la mente su
figura.
Con “The Great Dispair” se
mantienen los ritmos atemperados pero aumenta la intensidad de las guitarras
rodeadas de unos evocadores coros y coronando con un preciosista solo, para
tornar el sonido más teatral en la pomposa “Freedom Calling” llena de matices, cargada
de fuerza dramática con retazos líricos, cuidadas armonías e intrincados cambios
de ritmo durante sus siete minutos y medio de duración.
Llegamos al final de la obra con
otro tema extenso “A Love That Never Dies” donde vuelven a envolvernos a base
de unas buenísimas voces y unas aterciopeladas partes de piano y guitarra creando
una romántica y apasionada ambientación que va creciendo espectacular llena de
sentimiento y elegancia.
Un magnífico cierre para una
excelente entrega digna de ser degustada con calma y atención para sacarle todo
su sabroso jugo, de la mano de estos músicos en la cumbre del progresivo
actual.
Mariano Palomo
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