(Ear Music)
Daisley y compañía revisan una docena de temas, más una composición
del propio bajista británico, comenzando por la sensual y envolvente “That’s
Why I Play The Blues”, todo sentimiento con la cálida voz de Jon C. Butler y la guitarra del
australiano Tim Gaze (ex Rose
Tattoo) transmitiendo emotividad a raudales. No menos emotivo resulta siempre
recordar una de las baladas por excelencia de la historia del rock “Empty Rooms”,
además en este caso con la figura del que fuera mano derecha de Gary Moore durante una buena temporada,
el cantante y teclista Neil Carter,
apoyado por unos magníficos coros de Rosanna
Daisley para darle un ligero tinte blues pero sin perder su esencia, aunque
flojeando un poquito la guitarra de Illa
Szewec, algo casi lógico teniendo en cuenta lo alto que estaba el listón.
Bastante más me ha convencido la
interpretación de John Sykes a las
seis cuerdas y del enorme Danny Bowes
(Thunder) a la voz en una excelente revisión de “Still Got The Blues”, muy fiel
a la original pero con el toque especial del cantante inglés, completando la
formación nada menos que Don Airey a
los teclados, Daisley al bajo y Rob Grosser a la batería para dejarnos
esta delicia. No está nada mal tampoco la polvorienta y animada “Texas Strut”
blues tejano arrastrado y vacilón con la aguardentosa voz de Brush Shiels acompañado a la guitarra por
Tim Gaze para recordarnos la vena
más cercana a ZZ Top.
Si antes hablaba de temas
emotivos, lo que hace Glenn Hughes
en “Nothing’s The Same” está en el top de emotividad y sentimiento. Bárbara
interpretación del ex Purple para
llenar de cuerpo y feelin’ este intimista corte rodeado de suaves acodes
acústicos y arreglos de cuerda llenos de pellizco. Sin salir de las
ambientaciones relajadas nos encontramos con una intensa y personal versión de la
instrumental “The Loner” con un gran Doug
Aldrich (Dead Daisies, Whitesnake, Lion, Hurricane, Dio) dando su toque a
la guitarra junto a los envolventes teclados de Don Airey y a la marcada batería de Eric Singer (Kiss, Badlands, Gary Moore, Black Sabbath).
Vuelta al blues profundo y
cadencioso con “Torn Inside” donde la voz y guitarra de Stan Webb se sumergen en su oscuro sonido sobre el ligero colchón
de órgano de Lachlan Doley,
resultándome de las más espesas y menos llamativas del disco. Tampoco ha
terminado seducirme la revisión ralentizada del clásico “Don’t Believe a Word”
de Thin Lizzy, no está mal pero es
que la original es tan enorme que resulta inevitable quedar por debajo, aunque aquí
la voz y la guitarra de Damon Johnson
(ex Black Star Riders) tienen su punto.
Se unen de nuevo la pareja Butler–Gaze para dejarnos otra
emocionante interpretación de “Story of the Blues”, acompañados por los coros
de Rosanna Dailey y los teclados de Lachlan Doley creando un maravilloso
clímax, como lo encontramos en la más animada de con reminiscencias Hendrix “This One Is For You” con Gus Moore a la voz y Jack Moore a la guitarra.
En la polvorienta “Power of the
Blues” nos encontramos con un excelente Joe
Lynn Turner a la voz y a un notable Jeff
Watson (ex Night Ranger) a la guitarra, repitiendo el vocalista
norteamericano en “The Blues Got Sadder”, firmada por el propio Bob Daisley y en la que participa nada
menos que el señor Steve Lukather (Toto)
poniendo su clase y talento a la guitarra a esta emocionante pieza.
El cierre lo pone la no menos
emotiva “Parisienne Walkways” con un maravilloso Steve Morse (Deep Purple) a la guitarra y un fantástico Ricky Warwick (Black Star Riders) a la
voz honrando el alma y la pasión del maestro Gary Moore. Colofón de nivel para este entrañable y siempre
oportuno recuerdo a uno de los mejores músicos que ha dado la historia del rock
mundial, y a uno de los que más se echa de menos. Bien por Bob Daisley y por todos los implicados.
Mariano Palomo
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